Sunday, September 23, 2012

la fuerza de la voluntad unida al corazón...

Hay algo que se llama “voluntad”... busquen esa fuerza interna, únanla a la perseverancia, mézclenla con la fe y lograrán el resultado apetecido. Vuestra misión es el Servicio, pueden hacerla sin dejar de lado sus obligaciones.

Wednesday, September 12, 2012

Integracion de Roles... Por el Profsor Jorge Olguin...

INTEGRACIÓN DE ROLES Del Prof. Jorge R. Olguín Editado por Kar-El ... La mayoría de las personas desconocen de qué se trata psicointegración, porque se ha difundido más el resultado que de qué se trata. Psicointegración es un avance más de lo que es Gestalt y psicología transpersonal. Assagioli, que fue el autor de Psicosíntesis, explicaba que la mente no es un campo de batalla. Entonces no hay un combate ni nada muere. Con el tiempo reemplacé la palabra eliminar por la palabra integrar. El ego en realidad no se integra porque forma parte de la mente reactiva y forma parte de nosotros, lo que se integra son sus roles. Cuando empecé con el tema de psicointegración, comparába a la mente con una gran orquesta donde estaba su director con la batuta dirigiendo al violinista, al del chelo, al de la guitarra, al pianista, al de los platillos y que de repente desaparecía el director de la orquesta y se armaba un tremendo desbarajuste, una hecatombe; porque los roles del ego, que eran los que tocaban, cogían los instrumentos equivocados. El pianista agarraba el violín, y el del contrabajo tocaba el piano, y esa orquesta sonaba mal; porque los roles del ego cometían tremendas fechorías en esa mente. Para ser entendido siempre hablaba de los roles del ego como algo ajeno a nosotros, cuando en realidad, los roles del ego no son ajenos a nosotros sino que somos nosotros mismos; porque la mente reactiva no es algo físico, es algo virtual. Ejemplo: La mente analítica es nuestra mente abstracta, nuestro pensamiento, es la mente que analiza, que evalúa antes que nosotros actuemos. La mente reactiva es la mente impulsiva. Mientras la mente analítica está alojada en el córtex, la mente reactiva está alojada en una estructura que se llama amígdala (que no tiene nada que ver con la amígdala de la garganta). En base a esos estudios Daniel Goleman, que luego creo la inteligencia emocional, habla en su libro La Inteligencia Emocional sobre la amígdala y como actúa sobre el ser humano. El Homo Sapiens pudo cobrar consciencia hace aproximadamente 20.000 años; algunos autores en algunos libros dicen 30.000 años también. Antes era un homídido todo reactivo. Pero, ¿Qué significa cobrar consciencia? Que aprendió a pintar, que aprendió a dominar el fuego sin tenerle un miedo irracional, como sí lo tienen los demás animales... pero lo más importante, que aprendió a concebir dioses en su mente, equivocadamente o no es secundario. Porque visualizaba más allá de lo que veía. Entonces aprendió a pensar en pensamiento abstracto, que es lo que lo diferenciaba de los demás animales. Pero volviendo a psicointegración, yo también decía en los primeros pasos de la técnica que la mente reactiva tiene una decena o más de millones de años, mientras que la mente analítica tiene nada más 20.000 años. Y esos impulsos reactivos están grabados en nuestros genes. Esos impulsos forman parte del ego, donde uno de sus roles más dependientes le hacen buscar la aprobación de los demás. El espíritu exento de ego logra la aprobación de los demás, dando al otro, porque la mejor forma de ser querido es querer primero. Si soy una persona egoísta que vivo mezquinando a todo el mundo, obviamente que nadie me va a querer. Si yo soy una persona que me brindo a los demás, los demás se van a brindar conmigo. Es una regla de tres simple, no hay escapatoria. Siempre digo desde 1997, que el universo es un espejo. Todo lo que nosotros volcamos a ese espejo, sale reflejado de la misma manera. Si yo reflejo euforia y sonrisas, voy a con-ta-gi-ar. Si yo reflejo desazón, pena, derrota, voy a contagiar o derrota o bien, que la persona diga: -“¡Oh, este individuo me aburre!”- Y se vaya. Entonces yo tengo que contagiar euforia, pero con equilibrio. ¿Cómo se integran los yoes? Muy sencillo. Nosotros tenemos que mirar la vida como si la vida fuera una película y nosotros nos desidentificarnos, salirnos de la película como si fuéramos espectadores, no nos involucramos en las tonterías. Si alguien nos ofende es un problema del otro; si alguien nos desvaloriza es un problema del otro; nosotros no nos podemos ofender ni desvalorizar por lo que nos diga el otro. Me arranco un pequeño cabello, lo pongo sobre el escritorio y desde un metro de distancia le digo, ¡muévete!, haciendo un gesto teatral. Y el cabello no se va a mover. Mi palabra no tiene poder para mover un cabello. Entonces, ¡¿cómo puede tener poder para lastimarte?! ¿Quién le da poder a la persona para lastimarte? Uno. ¡Nadie puede tener el poder de sacar de las casillas al otro! Me emociono cuando veo una película, pero no me estoy involucrando. Sé que la película terminó y digo, bueno, ahora vamos a tomar algo, una gaseosa, un helado, me desentiendo de lo que ví porque es una película. En este mundo pasa lo mismo, vemos gente que nos atropella, que estamos subiendo a un bus y sube por delante nuestro, que estamos mirando una ropa y se coloca delante nuestro y nos tapan o que se ponen delante nuestro en la fila, etc. Mi hija Jesica me decía: “Pero, ¡qué descarada esta mujer! Se puso delante nuestro. ¡No nos ve!”. No te ven porque están dormidos. Tienen un ego tan grande que no ven. Dicen: “¡Sí ven, sino se tropezarían!”. ¡No! Ven, pero no ven. Están en piloto automático permanentemente. Viven así. Entonces no te puedes enojar con esa gente. Te tiene que dar pena esa gente. ¿Cuánta gente hay así? Casi todas las que miras, porque no están despiertos. Uno tiene que estar alerta. Si yo veo un acto negativo a mí me va a subir la adrenalina, pero como voy a estar alerta no voy a permitir que mi mente reactiva surja. No me voy a dejar manejar por mis impulsos. Voy a estar siempre alerta. Salvo que haya una agresión directa en contra de uno. En ese caso uno tiene que defenderse porque es un sentido común. Pero veo mucha gente que estalla por nada. Están manejando su carro y al lado discuten con el otro y se insultan porque pasó primero en el semáforo o en la calle se tropiezan y en lugar de decir disculpe… “¡Oh, mira donde caminas! ¡Torpe!” ¿Por qué la agresión? Yo subo a un bus y saludo al chofer. Hola, ¿qué tal? Buen día. Algunos miran así como diciendo: “¡Este tio está tocado!”, pero me saludan. O de repente viajas en el ascensor y ves a alguien y dices: ¡Qué calor que hace afuera! Y la persona te mira diciendo: “¿Y este hombre? Es medio rarito.” Y si es una chica a la que le dices que hace calor. Dice: “Me quiere avanzar, seguro que ya me está queriendo pedir el teléfono”. ¡Pero tú lo único que quieres es ser cortés! ¡Nada más! Pero como no están acostumbrados, como viven así en la total indiferencia, si tú te caes te pasan por arriba. Al contrario te dicen, “¡hombre, desmáyate más para la pared!”, porque les molestas. Esos son los roles del ego. El rol del ego personifica todo. Cuando no tienes ego te resbala la tontería. No te resbala lo importante. No te resbala si ves a una persona anciana que quiere subir a la acera, no te resbala la pobreza, no te resbala un niño desvalido… Eso te conmueve. Te va a resbalar lo vano. Todo depende de nosotros. ¡Ese es el secreto!

Wednesday, September 05, 2012

Tipos De Roles... Del Profesor Jorge Olguin...

TIPOS DE ROLES De Jorge Raúl Olguín Se explicó en qué consiste la técnica de Psicointegración y se dieron a conocer diferentes roles de ego: rol de inquisidor, rol de rencor, rol de pedantería, rol de pobre víctima, rol de culpabilidad, rol de sumisión y rol de auto descalificación. Se habló sobre los prejuicios, sobre el respeto al pensamiento diferente, las críticas y la importancia de la alternativa válida. También se explicó si pueden existir roles protagónicos sanos. Con respecto a lo que es el ego, el ego puede tener muchas definiciones. El ego es protagonismo, el ego son roles fruto de la mente reactiva, el ego son posturas, el ego es manipulación… Comentábamos que hay un ego absolutamente manipulador donde la persona si tiene demasiado poder o ascendencia sobre la otra manipula con el rol de inquisidor. Manipula directamente saciando esa mala necesidad de someter al otro. Generalmente cuando se busca someter es porque la persona sometedora está teniendo una carencia, porque si la persona no tiene una carencia, si la persona es armónica en su interior y en su exterior, ¿por qué someter? ¿Por qué no ayudar? ¿Por qué no sostener? ¿Por qué no contener? Evidentemente son los roles del ego los que tienen carencias, porque son reclamadores. Habíamos dicho en más de una oportunidad que un bebe, una criatura, reclama porque necesita su alimento, entonces su herramienta es el llanto. Pide mediante el llanto. Pero qué sucede si esa criatura va creciendo y va acostumbrándose a ese reclamo, luego ese llanto deja de ser tal cuando llega la adolescencia y se transforma en la mala costumbre de seguir exigiendo y exigiendo, porque como vio, notó, percibió que le daba buen resultado dice, “lo sigo haciendo”. Obviamente que el ego está alejado de la dignidad, porque una persona que tiene dignidad en lugar de reclamar, lo que va a buscar es abrirse los caminos por sus propios medios y con el tiempo si tiene una posición holgada, no económica sino de vida, en todos los aspectos como ser humano íntegro va a tratar de brindar y de sostener a otros, y de trasmitir ese conocimiento de apertura de vida a otros para que lo sigan haciendo sin ningún tipo de competencia, porque el único que compite es el ego. Cuando el ego reclama, es como los niños de jardín que compiten para ver quien tiene más piezas de un rompecabezas. Quizás ni siquiera lo saben usar, pero lo que les interesa es acaparar. O sea, que el niño de jardín todavía no ha superado esa competitividad de acaparar. Y, ¿por qué acapara?, ¿por qué reclama? Porque fue enseñado de pequeño a reclamar. Pero cuando somos grandes seguimos reclamando, que es lo que yo decía, de repente prejuzgamos… Hace muchísimos años atrás acompañé a mi hija para que llevara a mi nieta al médico. Mi nieta tenía en aquel entonces 1 año y solamente con ver la bata blanca del médico o la bata verde de la doctora quebraba en llantos, porque asociaba la persona con el guardapolvo de médico con el dolor del pinchazo. Su mente reactiva ya le decía: -“Cuidado, ente peligroso”. Peligroso para una criatura que lo único que siente es el pinchazo sin tener el raciocinio de pensar que ese pinchazo le puede salvar la vida porque le frena una enfermedad que puede ser bacteriana o virósica. De la misma manera que esa criatura que no tiene raciocinio, prejuzga al médico como un sujeto que la va a lastimar, porque ella entiende inyección como agresión, nosotros que ya somos adultos si tenemos engramas o tenemos roles del ego no integrados vamos a juzgar o a prejuzgar a personas sin conocerlas. No hay persona a la que no le haya pasado que de alguna manera no haya tenido un prejuicio con alguna otra persona. Seguramente ha pasado por una etapa para ella negativa con otra persona similar a con la que está ahora, similar según su punto de vista, porque capaz que esta persona es el opuesto a la otra, y la prejuzga. -¡Oh, no! Yo salí con Marta. Con Marta mi vida fue un infierno. Esos dos años fueron absolutamente inenarrables. Y ahora que conozco a Sofía no sé si me pasará lo mismo, porque Sofía quizás sea parecida a Marta. Y la pobre Sofía no se entera de nada, capaz que es una buena chica, capaz que es una chica que tiene todo para brindar, todo para dar, capaz que a esa Sofía le fue mal con Alberto, pero claro, Claudio no sabe que le fue mal con Alberto. Para Claudio es igual que la anterior, que la ex que él tenía. Entonces se forma una cadena de prejuicios. Prejuicios obviamente manipulados por roles del ego. ¿Hay un ego sano? Bueno, eso lo comentaba con mi pareja de que sí que puede haber un ego sano. Un ego sano entre comillas porque siempre es materia de debate. Ella comentaba justamente que hay protagonismos importantes que no son perniciosos para terceras personas, como el protagonismo de querer tener el cargo en una gran empresa. Si una persona se presenta con un papel no protagónico obviamente la van a rechazar. O de repente, una persona que quiere encarar un proyecto y necesitas sponsors que le financien ese proyecto tiene que tener una firmeza de protagonismo, si no también le van a dejar de lado a esa persona y ese proyecto va a caer en el canasto del olvido. ¡Pero eso es un protagonismo sano! Entonces lo que yo le preguntaba a mi pareja. ¿Cómo se logra un protagonismo sano de ese protagonismo desmedido que lo único que busca es sacar, birlar al otro? Justamente integrando esos yoes en un Yo Central mediante la técnica de Psicointegración. ¿Qué es esto? Simplemente un diálogo donde a la persona se le hace clic, esa apertura que dice: ¡Ah, era esto! Porque en Psicointegración no hay nada mágico. Psicointegración logra que la persona despierte, se empiece a dar cuenta, se autoanalice, observe a los demás con otra perspectiva, vea a los demás con otros ojos y ahí se da cuenta de que es lo que le puede hacer daño y que es lo que uno puede hacerle de daño al otro, porque es un ida y vuelta. Es algo recíproco. Si bien alguna vez yo dije, nosotros le damos el poder de la palabra al otro para que el otro nos haga daño, de la misma manera si yo tengo el ego integrado no solamente no me va a afectar la crítica del otro, la tomaré como constructiva y si veo que es destructiva directamente la deleteo, la pongo en el canasto del olvido porque no me interesa. Pero no voy a formarme una opinión del otro. Directamente lo desestimo. No lo desestimo por ser superior, simplemente porque no es compatible, nada más. Acá no hablamos de superior o inferior. Pero también si yo tengo el ego integrado voy a tratar de no herir a otros, prejuzgando, viendo fantasmas donde no los hay, etc. No. Le voy a dar la oportunidad a la persona de permitirme conocerla. Y a partir de que yo la conozca voy a formarme mi punto de vista. Que tampoco mi punto de vista va a ser infalible. ¡Tampoco va a ser infalible! También puede ser que la persona sea excelente y que yo sea también una buena persona y que no congeniemos porque tengamos distintos puntos de vista, porque no tenemos obligación de pensar de la misma manera. ¡El secreto es respetar su punto de vista! Incluso si yo tengo aprecio por la persona, ¡voy a defender su punto de vista, aunque no lo comparta! ¡Lo voy a defender! Eso lo dijo Voltaire, ¿por qué no voy a defender su punto de vista? No lo voy a compartir, pero lo voy a defender porque voy a respetar a la persona. Quizás no comparta su punto de vista si la persona me invalida opiniones y no me da alternativas válidas. Yo siempre voy a exigir, exigir entre comillas porque la persona puede decirme no, ya que tiene su libre albedrío, exigir en el buen sentido, le voy a pedir, le voy a rogar que me dé su punto de vista ya que invalida el mío. Pero si la persona no tiene alternativa válida me voy a dar cuenta de que si invalida mi punto de vista lo hace directamente porque tiene un prejuicio. No porque tiene una alternativa más importante o que para ella sea más válida. Pero sí la voy a respetar si la persona invalida mi punto de vista y me da una alternativa válida, aunque para mí esa alternativa sea una tontería. Respeto que por lo menos la persona pensó. Respeto su punto de vista porque la persona dice: “Bueno, esto no es como yo lo pienso. Yo creo que es así”. Pero me da un así. Y muchas veces eso no pasa, incluso en los partidos políticos de turno donde hay opositores que dicen: “Esto está mal. Esto está peor. Y esto está más allá que peor”. Y boquita cerrada. No hay alternativa para el mal, ni para el peor, ni para el requetepeor. Entonces si a mí esta otra persona no me da una alternativa válida me quedaré con el peor o el requetepeor, porque no me está dando una alternativa. Bueno, esa persona que hace este tipo de cosas se opone porque los roles del ego la hacen protagonizar. Y el protagonismo no siempre da el resultado apetecido. Porque yo puedo subirme a una tribuna a hablar queriendo ser protagonista y mis palabras lo único que van a hacer es que haga el ridículo ante las personas que me escuchen, cien, mil, diez mil, no importa porque no doy una alternativa válida. Entonces voy a ser protagonista, pero voy a ser un protagonista de hilaridad para el otro. Entonces, si yo reconozco que estoy siendo para el otro simplemente un payaso, va a asomar en mí otro tipo de ego. El ego de rencor. -¡No me entienden! ¡Son todos unos cretinos! ¡Yo soy el que tiene la razón y son todos unos cretinos porque se burlan de mí! ¿Por qué no acepto perder? ¿Por qué no acepto equivocarme? Porque el ego salta en otro de los roles que es pedantería. Y el pedante no puede equivocarse. ¿Cómo se equivoca? ¿Cómo va alguien que no conoce decirle que su postura es superior a la de él? No, no. Pero también puede haber otro rol que asoma. Es el rol de pobre víctima. -Claro… No me entendieron… Soy insignificante… No sirvo para esto… Me voy a dedicar a otra cosa… Pero va a seguir teniendo rencor. Va a seguir teniendo rencor porque esos, todos los que están ahí cuando él estaba hablando no le entendieron. Ya no es que no lo entendieron por mediocres como el otro que era pedante, a este que es pobre de mí no le entendieron porque directamente le despreciaban, no le escuchaban, directamente se tapaban los oídos. Él sigue teniendo la razón, ¿eh? Pero sigue teniendo la razón como pobre de mí. -¡Nunca lo van a entender! ¡No sirvo para nada! Pero en el fondo les dice: -En realidad yo tengo la razón. Lo que pasa es que ellos no me entienden y por eso tratan de pisotearme. El ego nunca va a dar el brazo a torcer, porque el ego siempre quiere ganar, nunca va a conciliar. No hay un ego conciliador. ¡Como va a conciliar una fuerza que reclama! La fuerza que reclama trata de apoderarse. Y si es débil o tiene el espíritu débil y no se puede apoderar de la voluntad del otro, va a tratar de inspirar lástima y va a manipular mediante la lástima como hacen algunas mujeres que al marido le dicen: -¡Claro, pero mira la hora a la que has llegado! Yo sola con los crios. Si a mí me pasara algo tú tendrías la culpa. Entonces buscan transferir culpa al otro, y el otro, si también tiene roles del ego se permite transferir esas culpas, las toma para sí. -Claro, pobre Julieta, capaz que tiene razón. Me quedé 20 minutos más con mis amigos. Ella es una víctima, yo soy un descarado. No sirvo como pareja. Y entonces el tipo se auto descalifica. ¡Capaz que se somete y empieza a pedir perdón! La otra persona desde el rol de víctima no le va a conceder el perdón, sino que pasa a ser inquisidora que es otro de los roles. -¿Ahora me pides perdón? ¡Tenías que haber venido antes a decirme! ¡Ahora no te voy a preparar comida! ¡Ahora encarga algo! Ahora la otra persona tomó el control porque él agachó la cabeza. Pongo mujer, pongo varón, pero los roles pueden darse vuelta. Puede ser al revés. Puede ser un varón que llega temprano y una mujer que se quedó con las amigas o que directamente tiene un cargo ejecutivo en la oficina y llegó tarde. Puede ser al revés. -¡Yo acá como un tonto! ¡Vos seguro que saliste con tus compañeros de trabajo! -¡Pero soy yo quien trae el dinero! -¡Claro! ¡Encima me echas en cara que ganas más que yo! Ahí se ve el machismo del varón, pero no un machismo exacerbado, sino un machismo con rol de víctima. ¡Nunca se van a poner de acuerdo de esa manera! Porque los dos tienen una razón equivocada. La razón de ver quien gana la discusión. ¡No importa! Ahí no hay un diálogo, ahí directamente son palabras cruzadas pero ninguno de los dos escucha. Los dos lanzan esos dardos hacía el otro a ver donde hacen más daño. -¡Soy un incomprendido! -¡Directamente no sirves como varón! Ahora, si a un varón le dicen una cosa así, bueno se le clava una estocada en los riñones, el que le digan que no sirve como varón. Muchos hombres se miden por su sexualidad, el hombre busca sobresalir por su sexualidad, cuando en realidad no tendría que ser así! Porque tanto el varón como la mujer somos espíritus que tenemos defectos y virtudes... y si entendemos que los roles del ego solo logran aislarnos, buscaremos integrarlos a la mayor brevedad posible.

Saturday, September 01, 2012

Sabiduria y conocimiento...

La sabiduría es importante, porque el hombre es sabio cuando reconoce que el verdadero camino hacia la Luz solo se recorre al dar Amor. Pero también es importante el conocimiento, porque el mismo puede darle a la persona un panorama más amplio de los temas a tocar, tanto en el arte de la filosofía como en cualquiera de las ramas psicológicas modernas. Con el estudio se pueden ejercitar en dialéctica, pueden ejercer el raciocinio, la lógica, y también debatir en temas que, quizás antes ignorasen. Sabiduría y conocimiento se complementan. El conocimiento se adquiere de factores externos. La sabiduría se toma del espíritu y enseña a ser mejor ser humano. Hay infinidad de personas que poseen un gran conocimiento, pero tienen una enorme dosis de soberbia y pedantería. Hay otras, en cambio, que pueden ser llamadas ignorantes por aquellos seudo-literatos y sin embargo tienen un altruismo enorme. Sabemos que hay personas que se jactan de lo que saben y no se dan cuenta que todo conocimiento que no se usa para Servicio es estéril.