Sunday, July 22, 2012

Mensaje de Juan el Evangelista sobre episodios de la vida del Maestro Jesús.

Mensaje de Juan el Evangelista sobre episodios de la vida del Maestro Jesús. Percibo a muchas entidades de planos densos que, como siempre, tratan de perturbar estos pequeños diálogos. La defensa contra esos pensamientos negativos es que... cada uno de vosotros se envuelva en Amor, proyectando una campana protectora alrededor de vuestro cuerpo. La soberbia de estas entidades no soporta las irradiaciones de Amor. Ellos relacionan esa emoción positiva con una tonta ingenuidad. Para aquellos que no me conocen, ya ha sido transmitido que en mi encarnación anterior me llamaba Juan Zebedeo, el Evangelista, y era el discípulo amado del Maestro Jesús. Mi amado Maestro me enviaba con dos discípulos más a dar sus mensajes en distintos lugares, tanto en Samaria como en Judea. No siempre éramos bienvenidos. Hemos sido agredidos con piedras, hemos recibido palos, otras veces nos ha corrido una turba enfurecida. Pero también en muchas viviendas fuímos agasajados con distintos manjares, recibimos muchas ofrendas por transmitir la palabra del Maestro, que no fue comprendido por todos, y hasta hoy está siendo cuestionado. Hay muchos escritores polémicos actuales que se preguntan por qué Jesús no encarnó en el centro de Roma y entonces así la historia hubiera sido otra. ¡La historia es otra! ¿O acaso no es así? La historia ha cambiado. Cuando mi Maestro dijo que "no he venido a traer la paz; va a haber luchas entre familias", las personas de corto entendimiento lo malinterpretaron. ¿Adónde quiero llegar? Para unos, Jesús puede ser el Mesías; para otros, el unigénito. ¿Qué era mi Maestro en esa encarnación? Un espíritu de Luz que encarnó para transmitir el mensaje de Amor más grande de todas las épocas. En esa época, cuando lo conocí, yo era un chico de quince años y medio. Comencé a admirar su forma de hablar y de pensar. Me fui dando cuenta que era un hombre extraordinario. Se fue gestando en mi espíritu un sentimiento puro y sublime, hasta que comprendí que amaba a ese ser con toda mi alma. Era un ser que se brindaba sin reservas. Un ser que no tenía egoísmos. Cuando el Maestro fue crucificado sentí un vacío tan grande, incapaz de explicar con palabras. ¡Había tantas cosas que no entendía todavía! Pero fui creciendo, sabiendo que el espíritu de Jesús siempre estaba cuando yo lo precisaba. El me orientaba cuando tenía que escribir alguna epístola. El me guiaba cuando tenía que realizar un viaje, para transmitir su palabra. Fui tomando conciencia de la verdadera enseñanza y supe que, al desencarnar, me encontraría de nuevo con El. Actualmente, nuestra misión es tratar de resolver conflictos humanos, donde triunfan las pasiones, los egoísmos, la desarmonía... Hay agresiones, desprecios, gestos que pueden llegar a lastimar más que una palabra, dudas, celos, desconfianzas... Todas estas cosas son un tremendo calvario para mi Maestro. porque son señales de que cada uno piensa solo en sí mismo. Incluso algunos que dicen ser maestros espirituales caen presa del ego, superados por su entorno. Hay seres encarnados en este plano físico a los que todavía le falta mucho para llegar al grado de maestría verdadero, porque siempre van a ceder a una tentación, dando paso a la indiferencia y no al amor, dando lugar a la mezquindad y no a la entrega. De repente, cada entidad, en forma individual, piensa: -"Yo quiero tal cosa, yo necesito tal otra". El famoso "yo", con minúsculas. El yo inferior, manipulado por el ego, que hace que la persona busque ser autor y protagonista de la obra. Lo irónico es que esa soberbia hace que el hombre crea estar más cerca de Dios. Pero... ¿Adónde cree el hombre que puede alcanzar a Dios? ¿En la cima de la montaña? ¡Por supuesto, dirá, porque allí uno se eleva! En una encarnación anterior a la de Juan Zebedeo, cuando yo estaba encarnado como Ananda, mi primo Sidharta dijo una frase trascendental: "La ignorancia es la madre del sufrimiento". Mi amado primo no estaba equivocado. La ignorancia hace que el ser humano se confunda los términos porque, si te diriges hacia arriba, subes. Solo te elevas si buscas dentro tuyo. Porque elevarte es otra cosa. Es ascender a tu interior. Lo importante es dejar de lado el "te quiero", el "te preciso", porque ese es un sentimiento que hace sufrir al crear una dependencia. ¿Cómo dejar de lado el "te quiero"? ¿Eso no es amor? No, eso es "necesidad". No confundir con el "te amo". Casi todos nosotros dicen, en una relación de pareja: "Ven, te preciso", "Apúrate, te necesito". ¿Cómo "te preciso"? ¿Qué es eso de "te necesito"? Siempre en función de uno, para alimentar el ego. ¿Cuándo te brindas tú? ¿Cuándo das tú? Porque el verdadero Amor es dar. El amor es sentir la misma vibración del otro. Eso se llama "vibrar en sintonía": "¡Mira que casualidad, los dos pensábamos lo mismo!" "¡No lo puedo creer, ya te estaba por llamar. Me ganaste de mano por dos segundos!" "¡Si tú no me llamabas, yo te llamaba a tí! ¡Me sacaste la palabra de la boca, yo te iba a decir lo mismo!" ¿No les ha pasado? Esto es vibrar en sintonía. Pero...¿Por qué no lo hacemos más seguido? Porque el ego transforma a la persona en protagonista absoluto y nadie más tiene cabida. El yo inferior impide que se conecten con el Yo Superior. El ego es el yo inferior, el susceptible, el que busca sobresalir, el que se ofende, el que duda de todo, el que quiere crecer "aún a costa de..." Si el ser humano tomara conciencia de su grandiosidad sería más humilde. Lo tremendo sucede cuando el que toma conciencia es el ego y entonces, la que toma el control es la soberbia. Recuerdo la última cena que compartí con mi amado Maestro, donde varios de los apóstoles se pusieron a discutir en un momento determinado sobre quién era el más importante para la misión espiritual. "Jesús los interrumpió, inquiriendo: -¿Quién les parece que es más importante? ¿El que se sienta a la mesa o el que les sirve? ¿No piensan que es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve- Después de pronunciar estas palabras, el Maestro se levantó de la mesa, se quitó su manto y tomando una toalla, se la ciñó a la cintura. Luego volcó agua en un pequeño recipiente y comenzó a lavarnos los pies. Yo estaba paralizado por el estupor y no podía reaccionar. Cuando le tocó el turno a Pedro, éste dijo: -Señor... ¿Tú me lavas los pies a mí? Jesús le respondió: -Es difícil que ahora entiendas lo que hago, mas lo comprenderás después. -No puedo permitir que me laves los pies. Jamás te humillaré. -Si no me dejas lavarte, tampoco estarás a mi lado. -Entonces, Señor, no solo puedes lavar mis pies, sino también mis manos y mi cabeza. Cuando mi Amado Maestro terminó su tarea, explicó: -Si yo, que soy considerado por ustedes su Maestro y me llaman Señor, he lavado vuestro pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Porque este ejemplo que les he dado sirve para hacerles entender la verdadera humildad. No hay que competir para tomar el mando de un grupo, sino para servir a vuestro prójimo. No se dejen guiar por la soberbia, porque les será imposible transmitir la palabra con sinceridad.- Me miró a los ojos y, recorriendo luego con su mirada el rostro de todos, agregó: -Ustedes saben que yo los amo. Les pido que, de la misma manera, se amen los unos a los otros- Luego cerró los ojos y murmuró: -Padre, te pido que el amor que me has brindado siga en ellos." Este recuerdo es válido para enseñar que se puede tomar conciencia de lo importante que es cada ser humano, sin que lo invada la soberbia. No es fácil vivir despersonalizado, sin que el ego intervenga. Deben saber que todo lo que los desequilibra emocionalmente, sucede porque vuestro ego se halla involucrado. Hermanos, no deben preocuparse, pues ninguna entidad del error tiene potestad sobre vosotros. Si elevan el pensamiento, nada podrá perturbarlos. También quiero aclarar lo erróneo que es el concepto de aquellas personas que creen que un espíritu puede tomar posesión de un ser encarnado en contra de su voluntad. Esa es una creencia peligrosa y completamente falsa. Ningún espíritu y tampoco ningún demonio, tienen potestad para intentar someter al ser humano. Ninguna entidad puede transgredir el libre albedrío de otra. Las posesiones que se dan a conocer en algunos centros espirituales o en algunos templos, tiene su explicación: 1) Posiblemente se trate de personas perturbadas psicológicamente ó 2) La persona en cuestión se presta a ser "tomada", porque fue previamente condicionada a ello. También debo aclarar que no existe ningún "espíritu divino" que, al entrar en la persona, la desestabilice al extremo de crearle convulsiones. Eso puede encajar en uno de los dos ejemplos anteriores, con el agravante de que le hacen creer al feligrés que lo posee un espíritu de salvación cuando, en realidad, ese cuadro tan grave solo lo pueden provocar un demonio o un espíritu rebelde. Sepan que el verdadero acceso al "Espíritu Santo" es el estar iluminado con una Energía Divina. Y eso nunca provocaría en la persona un efecto desfavorable, sino un estado de éxtasis y de total armonía. Cuando mi amado Maestro estuvo encarnado, hablaba de una manera dulce y comprensiva. Solo lo vi perder el control ante los hipócritas que fingían adorar a Dios, mientras comerciaban con los que acudían al templo. Les decía: -¡Raza de víboras!- y en verdad lo eran. Me causa una profunda tristeza el notar como se han tergiversado muchas cosas. Piensen que si mi Maestro dijo: -"No se afanen tanto por vuestra vida, preocupándose sobre lo que hayan de comer o beber... ¡El Padre Celestial provee a los pájaros del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en granero! ¿No valen ustedes mucho más que ellos? Busquen primero el Reino de Dios y todas esas cosas serán dadas por añadidura"-... Eramos capaces de comer raíces antes de sacarle la comida a alguien. ¿Preguntáis si había momentos de aflicción y otros de gozo? La incomprensión de muchos nos causaba aflicción. Jesús era quien más se afligía ante el desinterés de la gente por el mundo espiritual. Lo que hacíamos con gozo era transmitir su palabra. Aunque en algunas ocasiones no salíamos bien parados. En algunos lugares recibíamos palos, en otros cascotazos. Pero la mayoría de las veces, hortalizas, legumbres... Y sí aves, y sí corderos, y sí compartíamos el vino con nuestros anfitriones. Había gente que era agradecida del mensaje y disfrutábamos la charla con ellos y, por supuesto, la comida. Hay muchas cosas que el Maestro no ha dicho y han sido escritas. Hay otros mensajes que Jesús ha comunicado y ha sido premeditadamente ocultados. Hay evangelios muy polémicos. En uno de ellos pintan al Jesús infante como un pequeño perverso, que quitaba vidas por capricho. Eso es una infamia y un ataque alevoso al amado Maestro. Obviamente, hay muchas historias falsas. Pero también hay muchas otras que son ciertas. ¿Que solo hay cuatro evangelios? No, hay muchos más y dan referencias desconocidas sobre la vida de Jesús. Claro, no todos son veraces. Preguntaréis, ¿Cómo reconocer cuáles son verdaderos? Déjense guiar por su corazón, por su sentido común. Yo no se los voy a decir. Vosotros los vais a deducir si sois guiados por su coherencia. No crean en un José que lo censura. Crean en un José que le enseñaba amor a un Jesús niño, ávido de conocimiento y que, posteriormente, aprendía de un Jesús adolescente, ya curtido en varias charlas con maestros y doctores de la Ley. Y en este presente queréis saber sobre el cambio de consciencia. ¡Se tiene que lograr! Cada uno lo tiene que lograr y lo tiene que ir transmitiendo. Porque si el Amor predomina sobre el egoísmo y la indiferencia, les puedo asegurar que la suerte de la humanidad va a cambiar. Se están jugando el destino de la especie y no se dan cuenta. Piensan que las reservas del planeta son infinitas. Tengan en cuenta que lo único inmortal es el espíritu. Que el Absoluto los bendiga a todos y a cada uno de vosotros, queridos hermanos!Ver más

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