El punto ciego ¿Qué es importante ver en el tema Venezolano?
América latina aun no entiende el tamaño del problema.
1. Miles de miles de venezolanos van a querer seguir saliendo. Eso sobrepasará los discursos y los recursos migratorios, diplomáticos o humanitarios. Es una presión que definirá las relaciones fronterizas, que es volátil, y que pondrá a prueba por varios años más la política internacional en la zona
2. Venezuela auspicia la salida del narcotráfico a Europa . No hay un para-Estado fuera de la ley, hay un gobierno que lo hace sin pudor y lo impulsa. Eso acrecienta las riquezas de los enemigos criminales más importantes de Colombia, Ecuador, México, y los demás países asediados.
3. Los venezolanos demandan alimentos que no pueden pagar, medicinas que no puede pagar y, muchos, armas que no pueden pagar. Todo venezolano está al borde de la supervivencia: si no lo mata el hambre, lo hará una epidemia, un accidente, una patología inesperada o la delincuencia. Por ello, existe el caldo perfecto para la oportunidad delictiva: el delincuente venezolano esta dispuesto a todo para conseguir lo que no puede por medios lícitos.
4. Los venezolanos no tienen problemas, como puede verse de una silla que se rompió. Los venezolanos son una bomba de tiempo, y sus tejidos se deterioran a gran velocidad. Eso lo sabe el ciudadano y lo desespera. Tienen un proceso de deterioro, agudo y vertiginoso. Por eso, sus ciudadanos honestos, muchos en las fronteras del mundo, son sus recursos más valiosos y ya han pasado la prueba de la desesperación.
5. El gobierno anida enlaces y redes terroristas que pueden extenderse en cualquier momento, escondidos en la diáspora, y provocar desestabilizaciones dirigidas. Como sucedió en Europa. Es una base perfecta para establecer conspiraciones de cualquier tipo.
6. Los focos infecciosos no se van a controlar solo con pasaportes. Los zancudos vuelan, las aguas corren, el viento trae, las palomas defecan, la comida se intoxica... hay muchos más vectores que los seres humanos, y no usan tarjeta andina.
Es un principio ecológico: tu desarrollo depende del mío, así como del polen del vecino depende mi huerto.
Ya sabemos que se trata de una tiranía que reprime brutalmente a su gente, y que no encuentra mejor modo de dominar que a través de hambre y el chantaje. Sabemos que ya han salido millones de personas. Sabemos que crece la xenofobia, y que a la tensión le basta un fósforo para que reaccionen intempestivamente todos los desprecios.
Ya eso lo sabemos. Y es importante. Pero el problema es más grande.
América Latina debe dejar de ver su ombligo y entender, antes de que sea tarde, que el chavismo debe caer.
Que una Venezuela normalizada es una plataforma envidiable para inversiones regionales y lograr crecimiento en tiempos inciertos. Esta Venezuela, en cambio, es un lastre que se pagará con sufrimiento, gasto publico, desprestigio político y una cadena de cosas más.
Hay que actuar ya. Confluir en algo más que declaratorias. Hay que activar las relaciones diplomáticas como en una guerra. hay que motorizar vigorosamente el el deseo de cambio que toda la población reclama. No hay que abandonar a los venezolanos. Pero esto no es un tema de refugiados, asilados e inmigrantes solamente. Hay que derrotar el chavismo.
Hay que curar a ese país, porque es un problema de todos.
América latina aun no entiende el tamaño del problema.
1. Miles de miles de venezolanos van a querer seguir saliendo. Eso sobrepasará los discursos y los recursos migratorios, diplomáticos o humanitarios. Es una presión que definirá las relaciones fronterizas, que es volátil, y que pondrá a prueba por varios años más la política internacional en la zona
2. Venezuela auspicia la salida del narcotráfico a Europa . No hay un para-Estado fuera de la ley, hay un gobierno que lo hace sin pudor y lo impulsa. Eso acrecienta las riquezas de los enemigos criminales más importantes de Colombia, Ecuador, México, y los demás países asediados.
3. Los venezolanos demandan alimentos que no pueden pagar, medicinas que no puede pagar y, muchos, armas que no pueden pagar. Todo venezolano está al borde de la supervivencia: si no lo mata el hambre, lo hará una epidemia, un accidente, una patología inesperada o la delincuencia. Por ello, existe el caldo perfecto para la oportunidad delictiva: el delincuente venezolano esta dispuesto a todo para conseguir lo que no puede por medios lícitos.
4. Los venezolanos no tienen problemas, como puede verse de una silla que se rompió. Los venezolanos son una bomba de tiempo, y sus tejidos se deterioran a gran velocidad. Eso lo sabe el ciudadano y lo desespera. Tienen un proceso de deterioro, agudo y vertiginoso. Por eso, sus ciudadanos honestos, muchos en las fronteras del mundo, son sus recursos más valiosos y ya han pasado la prueba de la desesperación.
5. El gobierno anida enlaces y redes terroristas que pueden extenderse en cualquier momento, escondidos en la diáspora, y provocar desestabilizaciones dirigidas. Como sucedió en Europa. Es una base perfecta para establecer conspiraciones de cualquier tipo.
6. Los focos infecciosos no se van a controlar solo con pasaportes. Los zancudos vuelan, las aguas corren, el viento trae, las palomas defecan, la comida se intoxica... hay muchos más vectores que los seres humanos, y no usan tarjeta andina.
Es un principio ecológico: tu desarrollo depende del mío, así como del polen del vecino depende mi huerto.
Ya sabemos que se trata de una tiranía que reprime brutalmente a su gente, y que no encuentra mejor modo de dominar que a través de hambre y el chantaje. Sabemos que ya han salido millones de personas. Sabemos que crece la xenofobia, y que a la tensión le basta un fósforo para que reaccionen intempestivamente todos los desprecios.
Ya eso lo sabemos. Y es importante. Pero el problema es más grande.
América Latina debe dejar de ver su ombligo y entender, antes de que sea tarde, que el chavismo debe caer.
Que una Venezuela normalizada es una plataforma envidiable para inversiones regionales y lograr crecimiento en tiempos inciertos. Esta Venezuela, en cambio, es un lastre que se pagará con sufrimiento, gasto publico, desprestigio político y una cadena de cosas más.
Hay que actuar ya. Confluir en algo más que declaratorias. Hay que activar las relaciones diplomáticas como en una guerra. hay que motorizar vigorosamente el el deseo de cambio que toda la población reclama. No hay que abandonar a los venezolanos. Pero esto no es un tema de refugiados, asilados e inmigrantes solamente. Hay que derrotar el chavismo.
Hay que curar a ese país, porque es un problema de todos.