Ser realmente sensible, es cuando todos tus sentidos se funden en una única sensibilidad. No es que tú seas ojos, nariz, y oídos, no; eres todo junto. No hay grietas. Ves, oyes, tocas, hueles, y saboreas, todo al mismo tiempo, simultáneamente. No eliges un sentido en particular.
Normalmente, todos elegimos. Algunas personas tienden a privilegiar los ojos; sólo ven, no pueden oír, son ciegos al sonido. Si está sonando alguna música magnífica, simplemente se sienten inquietos, y dicen; ¿Qué es lo que hay que escuchar?. Si hay algo que ver, están listos. Puede que disfruten de un baile, pero no disfrutarán cantando.
Hay personas que tienden a privilegiar el oído. Pueden disfrutar del sonido y cantar, pero sus ojos están embotados. Y lo mismo con los demás sentidos. Cada persona ha dedicado su energía a un sentido, y ese se ha vuelto el factor dominante, el factor dictatorial. Sobre todo, los ojos se han vuelto muy importantes, y el ochenta por ciento de tu energía se dedica a los ojos. Los demás sentidos sufren enormemente, porque sólo queda el veinte por ciento para ellos. El ojo se ha vuelto un Adolf Hitler. Se ha perdido la democracia de tus sentidos.
Por eso, cuando ves a un ciego, sientes más compasión que la que te inspira un sordo. De hecho, tu compasión es más necesaria para el sordo, porque un sordo está completamente excluido de la sociedad. Como la sociedad humana es básicamente lenguaje, toda la comunicación se ha cortado. Un ciego no está tan excluido de la sociedad. Un sordo está en una posición más difícil, pero nadie siente tanta compasión por él, como por un ciego. ¿Por qué?; Porque los ojos constituyen el ochenta por ciento de nuestra civilización.
Por eso, si alguien alcanza la verdad, lo consideramos un gran vidente. Pero, ¿Por qué vidente?; La verdad se puede escuchar, la verdad se puede saborear, la verdad se puede oler; entonces, ¿Por qué lo llamamos vidente?; A causa de los ojos. Privilegiamos los ojos. Y es ese un estado muy desequilibrado. Hay que dar completa libertad a cada sentido, y todos los sentidos deberían fundirse en una gran corriente de consciencia, de sensibilidad.
Un verdadero hombre de entendimiento vive a través de todos los sentidos; su contacto es total. Si un verdadero hombre de entendimiento te toca, inmediatamente sentirás algo que se ha despertado en tu interior; su energía ha tocado tu energía durmiente. Algo surge en ti.
Si oyes la voz de un hombre de entendimiento, su contenido es significativo, pero incluso su voz es significativa. Algo te toca el corazón, algo te calma. Su voz te rodea como una cálida manta, su voz tiene calidez, no es fría. Tiene una cualidad cantarina, cierta poesía.
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