Somos limitados tanto física como mentalmente para entender o mejor dicho comprender, los hechos que suceden en nuestras vidas o a nuestro alrededor, o mejor dicho en nuestro entorno. Preguntas como: Dios mío ¿si tu eres tan bueno porque te llevaste a mi familiar, ahora cuando mas lo necesitábamos? si era tan joven, tan llena de vida... ¿porque Dios mío, porque ?...no hay ser humano, en este mundo, que pueda responder adecuadamente una pregunta así... que de consuelo y aceptación, para la familia que lo sufre o lo padece, una perdida irreparable como esta.
Todos sabemos que nuestras vidas en este mundo tiene un final, y sabemos también que ese final es inevitable, tarde o temprano llegara...tenemos el conocimiento, que al mas mínimo error, damos el paso y pasamos de una vida terrenal a una vida espiritual. ¿Como podría ser eso? hay muchísimas formas de dejar este mundo, infinitas diría yo. Cualquier accidente en este plano físico, o la mala fe de alguna persona malintencionada, (Dios nos libre), puede acabar con la existencia nuestra en esta vida y pasar a un plano superior. Cuando podamos desencarnar, y reunirnos con Dios padre, junto con los que partieron anteriormente.
Tarde o temprano debemos dar ese paso. Debemos emprender el viaje a una vida espiritual. La vida terrenal es solo un suspiro, al compararlo con la eternidad. No sabemos cuando, pero llegara nuestro turno. Cuando Dios hace un llamado de cualquier persona , familiar o no , para reunirse con el, en el paraíso , en la gloria celestial, muchísimas veces no comprendemos, y entonces hacemos la pregunta, ¿ señor Dios , porque te lo llevaste, siendo el tan bueno, porque Dios Mío ?, entonces no entendemos...muchas veces la partida de ese ser querido ,deja en nosotros, una lección de vida : el darle gracias a Dios por el milagro de la vida, todos los días. Orando aunque sea en el pensamiento, Gracias señor Dios por la vida, porque estamos vivos, gracias padre, por el día de hoy, gracias señor por todas las bendiciones que nos traes, tanto a mi como a mi familia. Gracias Dios mío, por este hogar, por nuestros trabajos, por la comida, por todo señor, gracias por todas esas bendiciones que día a día manifiestas tu en nuestro existir. Entonces, empezamos a valorar más lo que tenemos, la vida, la familia mas unida, todas las bendiciones que Dios ha obrado en nosotros...siempre tenemos algo nuevo que aprender.
Todos venimos a esta vida, con un propósito, de enseñanza, aprendizaje, de lección de vida, de evolución, de cumplir la misión que Dios nos ha encomendado, de servicio, de ayudar a quienes mas nos necesitan. De abrir y cerrar ciclos. Hacemos lo mejor que podemos, partiendo de nuestra propia comprensión. Así que: lo mejor para atenuar, aliviar el sufrimiento, es continuar con nuestras vidas...debemos recordar de aquellas personas que ya se fueron...los momentos más felices, que compartimos con esa persona. Si nos dejo, alguna enseñanza, algún grato recuerdo de lección de vida, mantener esa enseñanza, esa lección de esa persona en vida, es honrar su memoria. Es la mejor manera de recordarla.
Así como el cuerpo humano cicatriza heridas. Solo el tiempo va sanando nuestro dolor, tal vez las cicatrices del alma no se borren nunca...pero si seremos mas sabios. Por nuestras experiencias vividas, y así también ayudaremos a los demás.
Espero haberte podido ayudar...
Dios los bendiga a todos.
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