Chávez y el bluff del petróleo, o… ¿Puede realmente Venezuela cumplir sus compromisos y “ofertones”?Hugo Chávez viene sosteniendo en las últimas dos reuniones de la OPEP, una reducción en la producción de crudo. En la última cita, el Ministro de Energía y Petróleo de Venezuela planteó que en diciembre la cuota de producción OPEP debiera sufrir un recorte de 500 mil barriles por día, señalando que de esta manera se combatiría la sobreproducción.
¿Por qué están tan altos los precios del crudo?
No resulta sencillo explicar los precios actuales del petróleo, pero el reducir todo a las maniobras de la OPEP es simplista e incorrecto. En gran medida, la bonanza de precios es consecuencia directa de un buen funcionamiento en la economía mundial, en especial el boom que experimentan China e India. Agreguemos a ello la inestabilidad imperante en países productores como Arabia Saudita, Nigeria y Sudán. Tampoco puede pasarse por alto la interminable guerra en Irak y, para colmo de males, la situación conflictiva de Irán con el Consejo de Seguridad de la ONU, en su disputa sobre enriquecimiento de uranio.Si nos preguntamos el por qué Venezuela es tan partidaria de mantener precios altos, con medias de US$ 70 - US$ 60 dólares el barril, debemos buscar la respuesta en la pésima situación en que se encuentra su industria petrolera, de modo que su cómoda situación actual depende mayoritariamente de un alto nivel de precios.
Situación de las reservas venezolanas.
Considerando los crudos convencionales, las reservas de Venezuela ascienden a un 6,8% de las mundiales, algo así como 80 mil millones de barriles. Esta situación la convierte en la sexta nación más rica en petróleo, superada solamente por Arabia Saudita, Irán, Iraq, Kuwait y Abu Dhabi. Si consideramos los crudos de mayor densidad, sus reservas llegan a la astronómica cifra de 270 mil millones de barriles, con lo que supera a Arabia Saudita.
Producción actual.
La producción venezolana permanece estancada. Cualquier análisis sobre producción, inversión y proyectos es meramente referencial debido a la carencia de datos oficiales y/o confiables. A partir de este año PDVSA dejó de entregar informes anuales a la US Securities and Exchange Commission (SEC) y Moody’s dejó de clasificar la deuda de la empresa señalando que no posee “indicaciones de que PDVSA intente proveer declaraciones financieras auditadas ya sea en forma pública o privada”.Las cifras engañan. La CEPAL anunció que el crecimiento del PIB venezolano alcanzó un 17,9% en 2004, cifra que se explica como una mera recuperación de la fuerte caída en 2002/03. El año 2005 la cifra se sitúa en torno al 9,3 por ciento.El mismo organismo señala, sin embargo, que “el aumento esperado del PIB no está en la producción de petróleo, que no ha podido recuperar los niveles de producción que se tenían antes del paro general, como consecuencia de la baja inversión a la que ha estado sujeta la petrolera estatal. Estas condiciones han llevado al país a producir incluso por debajo del techo acordado en la OPEP. El dinamismo del sector petrolero dependerá únicamente del aumento de los precios internacionales, pues (...) existe una muy limitada capacidad de elevar los niveles de producción”.El determinar a cuánto asciende esa caída no es fácil por lo señalado anteriormente; así mientras PDVSA afirma haber recuperado los niveles de producción de los años 2000 y 2001, unos 3,1 millones de barriles, los análisis de mercado sostienen que para 2005, no se logró siquiera 2,7 millones. Señalan asimismo que no es fácil aumentar los niveles actuales. Por consiguiente, no debe sorprender a nadie el que Venezuela proponga reducciones en la cuota de producción OPEP, considerando que ni siquiera logra cumplir las metas que hoy le han sido autorizadas.
Problemas en la industria.
La industria petrolera venezolana tiene múltiples problemas que van desde un bajo número de trabajadores, especialmente administrativos y menos calificados, pasando por bajos niveles de inversión, y una pésima capacidad ejecutiva o gerencial.Una empresa de esta entidad necesita año a año de grandes sumas destinadas a inversión, básicamente para exploración y explotación. Esto le permite, en teoría, mantener sus niveles de producción. Las cifras indican que la gigante estatal está lejos de alcanzar los mínimos de inversión requeridos. El Plan 2005-10 consultaba una inversión estatal anual por sobre los US$ 6.000 millones más una privada de US$ 2.500 millones.En el primer caso, se alcanzará algo más de la mitad, esto es, no más de 3.500 millones. En el caso de la inversión privada, su nivel será más bajo aún, debido principalmente al clima de incertidumbre respecto de la política del gobierno hacia la propiedad e inversión extranjera. Dados los niveles estimados de inversión suponemos que la producción de crudo venezolano continuará cayendo o, en el mejor de los casos, no aumentará. Si comparamos los niveles de inversión de PDVSA con las compañías estatales de la región, la situación es siempre adversa. En 2003, las inversiones de PEMEX totalizaron el doble de las de su congénere venezolana. Petrobras por su parte, la superó en más de un 150 por ciento. Para años venideros, la estatal brasileña ha anunciado inversiones por más de 12.000 millones de dólares anuales, lo que triplica los actuales niveles de PDVSA.
Una Pésima Conducción.
Tanto o más preocupante es la baja en capacidad y gerencial de PDVSA.Cuando ocurrió el “paro patronal” de 2002, la mayoría de los tecnócratas de PDVSA se alineó con la oposición. Derrotado el movimiento, una gran parte de estos técnicos de alto nivel fue expulsada de la empresa, lo que ha provocado una notable pérdida, no recuperada hasta la fecha.A mismo tiempo, Chávez implementó un férreo control político en la empresa, creando un fuerte vínculo y dependencia con la Presidencia de la República, y disponiendo directamente de gran parte de sus utilidades para financiar iniciativas sociales (“las misiones”). Este “sangramiento” en los recursos de la empresa es una de las causas de la incapacidad de la petrolera para invertir las cantidades señaladas anteriormente. En noviembre de 2004 se unió en un solo cargo el de Ministro de Energía y Petróleo y el de Presidente de PDVSA, consolidándose el control político sobre la empresa.La falta de gerentes calificados se ha vuelto crítica toda vez que el gobierno la ha comprometido en infinidad de nuevas tareas. El transformar 32 alianzas con empresas extranjeras en 32 nuevas sociedades bajo control mayoritario de PDVSA (60% de propiedad) obliga a esta última a administrarlas, financiarlas y operarlas; a todo esto debemos agregar otros desafíos como, la asesoría a YPF Bolivianos, la subvención de petróleo para los municipios “Sandinistas” en Nicaragua y del FMLN en El Salvador, o el estudio técnico del Gasoducto del Sur.Podemos apreciar claramente la incapacidad de PDVSA en su impotencia para desarrollar la industria del gas natural.Las reservas venezolanas de gas natural son las mayores en Latinoamérica, demostrando sin embargo, muy poco o nulo interés en desarrollar esta actividad. Contabilizando reservas por 4.200 mil millones de m3, la explotación de gas natural no llega siquiera a 40 mil millones.Sin duda alguna, Venezuela será un gran exportador de gas en un futuro próximo pero actualmente depende incluso del acuerdo suscrito con Colombia para construir el Gasoducto Transguajiro, el que transportará gas colombiano hacia los consumidores venezolanos.
Quien mucho abarca…
En medio de esta situación complicada, es legítimo preguntarse ¿con qué grado de racionalidad/realidad sigue comprometiéndose el presidente Chávez con terceros países cuando ni siquiera cumple sus metas a este altísimo nivel de precios?El ejercicio de adicionar las promesas de Chávez en América Latina y el Caribe da como resultado una suma imposible de cumplir para la alicaída economía venezolana. Agreguemos a esto el lamentable estado de PDVSA y el panorama luce terrible. Para hacer este análisis, debemos considerar como serias las promesas de Chávez - no iocandi causa -. En resumidas cuentas tenemos que Venezuela subsidia a Cuba con algo más de US$ 1.000 millones anuales; entrega petróleo a países del Caribe por créditos blandos a largo plazo; otorga US$ 50 millones al Fondo Alba de PetroCaribe; subsidia el suministro de petróleo de los municipios izquierdistas de El Salvador y Nicaragua; financia un gasoducto entre Colombia y Venezuela; ha prometido acuerdos indeterminados a Ecuador; ha comprometido inversiones con YPFB (Bolivia) por US$ 1.500 millones a lo que ha agregado miles de becas y el financiamiento de una base militar; se asoció con Brasil para construir una refinería en Pernambuco - US$ 2.500 millones más -; financiará el gasoducto que va de Tarija a Montevideo, pasando por Paraguay y acordó con Argentina la construcción de dos buques petroleros de US$ 112 millones. Agreguemos a esto que ha considerando seriamente la compra de US$ 3.000 millones en bonos de deuda argentinaPara complicar aún más el panorama, y demostrando la poca sanidad mental y pérdida del sentido de la realidad del presidente Chávez, no podemos olvidar su proyecto más querido, el “Gasoducto del Sur”, que naciendo en Venezuela, cruza la Amazonía para llevar petróleo a Brasil, el norte de Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay e incluso Chile. Un verdadero elefante blanco de 9.000 kms. de longitud y costo por sobre los US$ 22.000 millones.
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