El amor impersonal, como se ha dicho muchísimas veces, es aquel amor que brinda, es aquel amor que da. Porque es un amor que abreva del sentimiento puro, no tiene ninguna parte reactiva; porque el sentimiento es analítico. Pero analítico desde el caudal de poder gozar el transmitir.
El amor personal en cambio, es el amor que tiene todo ser encarnado. Abreva mitad del sentimiento, y mitad de la emoción. La emoción es reactiva, la emoción siempre es reactiva. Entonces el amor personal, si rompe el equilibrio, va a caer en celos, en manipulaciones, en despechos, en discusiones, en una falta de valoración por la propia persona; o el tratar de manipular al otro por miedo a la pérdida. Lo que no se da cuenta la persona que sufre ese amor personal, es que cuanto más busca manipular al otro, más la otra persona se aleja, más la otra persona se distancia.
El otro error del amor personal es jugar con la lástima. Y la lástima está en la vereda opuesta al amor. La persona que genera lástima nunca es amada de la forma que lo desea. La persona que impone conductas tampoco es amada de la manera que la propia persona lo desea.
El amor personal es un amor que termina destruyendo, si no tiene equilibrio. Es un amor que termina lastimando a la persona, a la otra persona, a la relación en común.
el amor personal es necesario . El amor personal no es solamente un amor de pareja, es un amor de familia, es un amor a padres, es un amor a hijos, es un amor a hermanos. Un amor personal y equilibrado, el amor impersonal brinda, el amor personal es más fuerte porque de alguna manera como que puede llegar a atar. Pero cuando se pierde el equilibrio llega a ser prisionero.
para ser querido se debe transmitir amor. El amor no debe ser condicionado. es un error pretender de la otra persona algo que uno no está dando, y si la propia persona da un amor similar, lo hace calculadamente para obtener en consecuencia.
Hubo un caso, de un joven cuya relación con su pareja estaba absolutamente terminada. Todavía vivían juntos pero la pareja actuaba a su libre albedrío, a su individual independencia; y él, por miedo a que la relación se corte del todo, permitía que la otra persona haga y deshaga a su voluntad. Cuando se le pregunta por qué permitía que esa persona le falte el respeto, porque todavía estaba con él, respondió: “y, lo que sucede es que si yo trato de imponerme, la pierdo”. La respuesta fue, “ya la has perdido, por lo menos piérdela con dignidad”.
La dignidad, que mucha gente no la aplica para sí mismo, es no permitir que el otro te haga lo que tú no le harías a él. Así como en la parte religiosa siempre nos han enseñado, “no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti”, la otra frase “no permitas que el otro te haga lo que tú no le harías a él”, la complementa. Es una frase de dignidad pura.
Dignidad es aprender a decir no, no tener miedo a decir no, porque a veces es importante decir no. Eso no es montarte en un pedestal narcisista, es simplemente autovalorarse. La única manera de que el otro nos quiera es querernos nosotros primero. La única manera de que el otro nos respete es respetándonos nosotros primero.
si una persona, a nivel afectivo, siente que en su vida hay altibajos, el problema no es del otro, el problema es de esa persona , que tiene que aprender a autovalorarse como ser que es .
se precisa justamente ese amor personal, se precisa porque es una condición natural, está creado así. Es la creación misma que dos seres se unan , no sólo para hacer perdurar la raza, sino también para brindarse el uno al otro , en sentimientos, e incluso hasta en emociones. Que las emociones no son todas positivas pero hay emociones positivas, y tú lo sabes.
también es una condición de comunicación como se había dicho anteriormente, de comunicación. Se precisa estar con otra persona, se precisa encontrar una familia. El único defecto, si es que se le puede llamar defecto, a nivel en estos momentos de hoy en día, de familia o núcleos familiares, es que cada familia se ha ido hacia dentro. Cada familia debiera existir cómo familia, pero también debiera abrirse, como familia que son, al prójimo. Ese núcleo familiar debiera ser fuerte, tener una base fuerte, sin tantos roles del ego que marchitan dicho núcleo familiar. Más bien debieran fortificar la parte virtuosa de ese núcleo familiar y abrirse a los demás. Porque cada núcleo familiar, si se abrieran los unos con los otros, este mundo sería muy distinto.
tengan paciencia, no paciencia para ver que el día de mañana no pasa nada, quizás pase algo, no lo sabemos, sólo Dios sabe ese futuro; que a veces para nosotros puede ser cercano, puede ser lejano; o muy rara vez nos aproximamos con total exactitud, por cálculo o sentido común, depende. Pero quiero que sepa que esa paciencia es porque cada cosa llega en su momento, y si no llega es porque hay cosas que hay que aprender, hay lecciones que hay que aprender. Se precisa estar despersonalizado, pero para estar justamente, valga la redundancia, despersonalizado, se precisa de aprender, comprender, para luego despersonalizarse de una forma eficaz, que sea de éxito. Y en esa misma despersonalización fluir, extendiendo la mano al otro, y darse cuenta que si te dan con la puerta en la cara no sentirse mal por eso porque dieron lo mejor de sí; Has dado lo mejor de ti, y has dado lo mejor de ti y no tienes por qué sentirte frustrado.
no hay ningún rol del ego que logre resultados apetecibles. El rol de víctima no logra lo que quiere conseguir, puede lograr lástima o fastidio del otro lado. Con el rol de inquisidor es exactamente lo mismo.
Puedo decir que los mismos roles del ego cortan los caminos de una u otra forma. A veces se le echa la culpa a terceros.
Pero por qué no buscar, o mejor dicho en vez de la culpa, la responsabilidad para hacerse responsable. Buscarla en cada ser, interiormente. En cada uno de vosotros y en cada uno de nosotros. Buscar para poder continuar ese camino lo mejor posible.
es muy fácil cada vez que uno falla, decir “fui víctima de las circunstancias, o de la crianza o porque no tuve un bienestar económico, o porque mis amigos no me quisieron o por esto o por lo otro”.
es una postura bastante cómoda, muchas veces quedarse ahí estancado; se toman la cabeza con dos manos y no saben cuánto tiempo pierden, a veces media hora, una hora; están perdiendo tiempo y en esa hora podrían haber aprovechado a elucubrar mejor, ver que está pasando en su interior, que roles están cumpliendo. Aunque no estamos hablando de roles explícitamente, porque no todas las personas saben lo que es ego, lo que son roles; pero por lo menos darse cuenta de que a lo mejor la solución es más óptima de lo que se cree.
Y lo importante es que la persona primero entienda que es importante para sí misma, la única manera que pueda trascender a los demás es que entienda que es importante para sí misma. que se entienda de que tienen todo por delante como para lograr cosas; que va a haber gente que lo va a aceptar, que va a haber gente que no lo va a aceptar, porque no vibra en su sintonía.
no se puede ser monedita de oro para todo el mundo
a veces no somos comprometidos, a veces vemos cosas que pasan y damos vuelta la mirada para otro lado para evitar estar en ese lugar; siempre vamos a actuar cuando es algo que nos conviene a nosotros directamente; si es algo que no nos conviene, o hacemos marcha atrás o miramos para otro lado. Y el estar distraídos, el ser indiferentes, es justamente lo que nos priva de poder vibrar en sintonía con la Luz.
hay algunos que son, o mejor dicho se creen que son maestros de otros, pero muchas veces son roles del ego. Hay otros que son maestros de sí mismos, son los menos. Ser maestro de sí mismo, ser rey de sí mismo, esos son los menos.
qué difícil que le resulta a cada persona ser maestro de sí mismo. Primero porque el mismo rol del ego dice “yo no quiero ser maestro de mí mismo, quiero ser maestro del otro, quiero enseñarle al otro”.
¿Pero para qué, ? Para manipular, para tener el control, para ganar más dinero; para echar abajo árboles, cosechas, etc., etc. Consumir la poco agua que está quedando, quizás… no lo sé.
no se dan cuenta justamente que el verdadero maestro es el que vive aprendiendo hasta de la persona que da la apariencia de ser la más minúscula.
En quien vibra en su misma sintonía, en sí mismo, se puede hablar explícitamente de ser maestro de sí mismo porque se vibra en la misma sintonía y se desea también el bienestar de otros. Eso ya es vibrar al unísono.
de toda la población mundial, sólo el 15% está en la búsqueda y en el camino, pero sólo el 1% de ese porcentaje corresponde a seres de Luz que logran su objetivo, el resto queda a mitad del camino.
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