COMUNICARNOS MEJOR
Ferran Ramón Cortes, experto en comunicación nos enseña en sus libros a contactar con los demás de una forma más profunda.
Veamos a continuación su artículo “El mejor regalo, es escuchar al otro”:
“Internet, móvil, correo electrónico… ¿tenemos hoy más comunicación que nunca?
Vivimos muy conectados, es cierto, pero también muy incomunicados. Todos estos instrumentos han multiplicado nuestra posibilidad de contacto, pero nos han traído una comunicación de muy baja calidad.
¿Se puede arreglar? Sin duda. Solo tenemos que recuperar viejos hábitos, volver a la esencia: encontrarnos cara a cara, compartir más tiempo juntos. Un correo electrónico o un mensaje de móvil nunca podrán sustituir a un abrazo.
O sea, que tenemos que comunicamos más. Sobre todo, mejorar la calidad de nuestra comunicación.
¿Cómo lo hacemos? El primer paso sería profundizar. Creo que dedicamos demasiado tiempo a hablar de “cosas” o a hablar de los demás, y esto no resulta muy útil. Deberíamos ser capaces de hablar de nuestros sentimientos y, sobre todo, de los sentimientos que tenemos los unos respecto de los otros. Esta es la comunicación que une y que construye relaciones.
Pero no podemos hacerlo con todo el mundo. Desde luego que no. Hemos de aprender a administrar sabiamente la confianza, que se asienta en dos pilares: en nuestra capacidad de abrirnos a los demás y, por otra parte, en nuestra percepción de si los otros son dignos de confianza. No basta con saber dar confianza, hay que elegir a quién y cuándo darla. Porque hay quien la traiciona… O quien, simplemente, no está preparado para asumirla.
¿Qué más podemos hacer para mejorar la comunicación? Un gesto sencillo: evitar criticar a los demás.
¿Es eso posible? Sí. Basta con sustituir la crítica por la observación. La primera implica juzgar, mientras que con la observación expresamos la impresión sobre un hecho.
Un ejemplo?. Si yo te levanto la voz y tú me dices que mi tono te ha resultado agresivo, esto es una observación. Pero si me dices que soy agresivo, es una crítica. En el primer caso, me haces reflexionar sobre mi comportamiento, me ayudas. En el segundo, es probable que reaccione cerrándome en banda. Las observaciones nos ayudan a crecer. Las críticas nos alejan.
¿Y si las cosas se tuercen? En una relación personal no todo es una balsa de aceite. Es cierto. El conflicto es algo que, tarde o temprano, aparece en cualquier relación. Es humano, y sería absurdo esperar lo contrario. Cuando hay conflicto, solo hay una forma de abordarlo: cambiar discusión por diálogo.
¿Cómo? Dialogando sobre nuestros sentimientos. Compartir lo que cada uno de nosotros sentimos en ese conflicto. Y hacerlo con voluntad de comprenderse mutuamente, no de vencer al otro.
¿Por qué fallamos tanto a la hora de comunicamos? La comunicación con los demás es el reflejo de la comunicación con uno mismo. Tratamos a los demás como nos tratamos a nosotros mismos. Si somos demasiado exigentes y agresivos con nosotros, también lo seremos con los demás. Si nos tratamos de manera generosa, cálida y cariñosa, estas mismas actitudes son las que transmitiremos a las personas que se relacionan con nosotros.
¿Cómo empezar a hacerlo? Para aprender a tratarse bien a uno mismo lo esencial es escucharse cuando nos suceden cosas importantes: tanto éxitos como fracasos. ¿Qué nos deci¬mos ante un fallo? “¡Siempre me equivoco! ¡Nunca haré nada bueno!”, o al contrario, “Ánimo, no pasa nada. Todo el mundo comete errores”. Hay que detectar ese diálogo interior para transformarlo en una comu¬nicación que nos haga crecer.
¿Algo más que nos pueda recomendar? Regalar comunicación. Escuchar a los demás. Cada día y tanto como se pueda. Es la mayor muestra de generosidad. Solo comunicándonos podemos crecer como personas.”
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