Reflexiones de tu Luz Interior.

Somos la parte y no el todo.

 Somos participantes y no espectadores.

 Somos integrantes y no directores. 

Nos comportamos como si la Naturaleza y nuestros padres nos hubieran dicho que destruyéramos todo aquello que es preciado para nosotros;

 parece que estamos empecinados en contaminar lo que precisamos para sobrevivir

 y que debemos ofender y ridiculizar los afanes de aquellos a quienes amamos 

y cuya buena voluntad queremos conquistar. 

Actuamos de forma absurda, 

persiguiendo males creyéndolos bienes,

 y destruyendo en nuestra marcha ridícula las bendiciones que desearemos para nuestra vida el día de mañana.

 Pero estamos a sólo una decisión de actuar con sabiduría.

 La Sabiduría siempre está presente. 

¿Estamos listos para elegir de nuevo?


Pienso que algunos lo estamos. 

Podemos decidir mejor.

 Es un instante en que la voluntad oscila trémula ante el viento de los retos que nos plantean los demás y las circunstancias que hemos creado para nosotros con nuestras acciones.

 Una llama palpitante que podemos concentrar y hacer brillar con fuerza y fijeza en el lugar más provechoso para nosotros y para los demás. 

Y para elegir de nuevo, 

para elegir mejor,

 algunos pueblos indígenas nos han legado ésta enseñanza maravillosa: 

piensa en la séptima generación que ha de venir después de ti.


Pensar en los efectos de nuestras decisiones para las siete generaciones posteriores 

me parece muy apropiado, 

ya que no es un periodo tan inmediato que termine con la muerte de nuestro cuerpo físico,

 ni tan remoto en el tiempo que nos haga caer en divagaciones. 

Bueno porque incluirá la totalidad de nuestra vida en un proyecto importante en el que no temamos poner nuestra firma.

 Y bueno porque la medida final de nuestras decisiones no somos nosotros y lo que queremos:

 son los demás y lo que será bueno para todos.

 Esto da la perspectiva de nuestro tiempo vital completo

 y de nuestro lugar

 como un elemento que está al servicio del conjunto humano,

 y del Plan Sagrado que favorece el bienestar de todo lo que ha

 sido creado.

El Loco
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