El Maestro Constructor y el Aprendiz de Albañil.
Se estaba construyendo la catedral de la ciudad de Kingsbridge.
En cierta ocasión un Maestro empezó a criticar negativamente a un Aprendiz en cada Obra que hacía; éste buscaba la manera de mejorar sus Trabajos y estaba lleno de preocupación por la conducta de quien tanto descalificaba su labor.
...
Se estaba construyendo la catedral de la ciudad de Kingsbridge.
En cierta ocasión un Maestro empezó a criticar negativamente a un Aprendiz en cada Obra que hacía; éste buscaba la manera de mejorar sus Trabajos y estaba lleno de preocupación por la conducta de quien tanto descalificaba su labor.
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El Aprendiz pudo completar sus Tareas los primeros meses, pero el Maestro no desistía de sus críticas. Finalmente, ya sin fuerzas psicológicas, el Aprendiz le dijo a su Maestro:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a expulsar del trabajo, puedes preguntar-, respondió el Maestro.
Entonces dime:
-¿De verdad he hecho mal mi Tarea?
-¡No!-, contestó el Maestro.
-¿Yo te hice algún mal?
-¡No!-, volvió a responder su inquisidor.
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar con mi empleo?
-¡Porque no soporto verte brillar!-, fue la última respuesta del Maestro, antes de expulsarlo.
.
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a expulsar del trabajo, puedes preguntar-, respondió el Maestro.
Entonces dime:
-¿De verdad he hecho mal mi Tarea?
-¡No!-, contestó el Maestro.
-¿Yo te hice algún mal?
-¡No!-, volvió a responder su inquisidor.
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar con mi empleo?
-¡Porque no soporto verte brillar!-, fue la última respuesta del Maestro, antes de expulsarlo.
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El Maestro Constructor y el Aprendiz de Albañil.
Se estaba construyendo la catedral de la ciudad de Kingsbridge.
En cierta ocasión un Maestro empezó a criticar negativamente a un Aprendiz en cada Obra que hacía; éste buscaba la manera de mejorar sus Trabajos y estaba lleno de preocupación por la conducta de quien tanto descalificaba su labor.
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Se estaba construyendo la catedral de la ciudad de Kingsbridge.
En cierta ocasión un Maestro empezó a criticar negativamente a un Aprendiz en cada Obra que hacía; éste buscaba la manera de mejorar sus Trabajos y estaba lleno de preocupación por la conducta de quien tanto descalificaba su labor.
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El Aprendiz pudo completar sus Tareas los primeros meses, pero el Maestro no desistía de sus críticas. Finalmente, ya sin fuerzas psicológicas, el Aprendiz le dijo a su Maestro:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a expulsar del trabajo, puedes preguntar-, respondió el Maestro.
Entonces dime:
-¿De verdad he hecho mal mi Tarea?
-¡No!-, contestó el Maestro.
-¿Yo te hice algún mal?
-¡No!-, volvió a responder su inquisidor.
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar con mi empleo?
-¡Porque no soporto verte brillar!-, fue la última respuesta del Maestro, antes de expulsarlo.
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Jorge Olguin .
Cualquier similitud con el cuento "La Serpiente y la Luciérnaga" es a propósito.
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a expulsar del trabajo, puedes preguntar-, respondió el Maestro.
Entonces dime:
-¿De verdad he hecho mal mi Tarea?
-¡No!-, contestó el Maestro.
-¿Yo te hice algún mal?
-¡No!-, volvió a responder su inquisidor.
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar con mi empleo?
-¡Porque no soporto verte brillar!-, fue la última respuesta del Maestro, antes de expulsarlo.
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Jorge Olguin .
Cualquier similitud con el cuento "La Serpiente y la Luciérnaga" es a propósito.
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