¿QUÉ PUEDEN LOGRAR LAS BARRICADAS? Ramón Alberto Escalante.

jueves, 27 de febrero de 2014

¿QUÉ PUEDEN LOGRAR LAS BARRICADAS?

¿QUÉ PUEDEN LOGRAR LAS BARRICADAS?

Ramón Alberto Escalante

Sin detenerme ni un día, porque necesidad obliga, he visto tantas barricadas distintas: desde las agresivas que amenazan con quemarte el carro, hasta las agradables donde gente enervada pero respetuosa te abren el paso cuando lo solicitas. Barricadas inmensas, otras ecocidas con árboles recién cortados, barricadas risibles y anecdóticas con muñecos colgados, otras encendidas de llamas.

En las barricadas hay de todo. Algunos truhanes piden dinero para dejarte pasar, pero son la absoluta minoría. Otros quizás sean activistas de oposición, pero la inmensa mayoría de las que yo he visto son de gente común y corriente, apolítica, que obstinados de las colas, de la escasez, de la especulación y la carestía, de la impunidad de los delincuentes, han creído que así pueden cambiar al gobierno y cambiar la economía.

El Gobierno seguramente piensa que con las barricadas se revive mucha de la irracionalidad del Paro General Indefinido, por eso ha tardado tanto en recoger los escombros y en abrir paso por las vías principales. Es probable. En los barrios de miseria profunda, como El Mamón, Pradera, Silsa, Gramoven, no se han instalado, incluso de su seno siguen saliendo los obreros, buhoneros y albañiles, todos los días, y ellos se vienen a pie hasta el trabajo o abren paso precariamente entre los inmensos obstáculos.

¿Para qué pueden servir las barricadas? Apostando siempre a verle lo positivo a cada cosa, digo que las barricadas ya cumplieron una etapa, lograron que por fin el Gobierno escuchara al brillante (y presidenciable) Lorenzo Mendoza, a Fedecamaras, a tanto opositor firme y racional, con las cosas que todos queríamos decir hace tanto tiempo. Los muertos son la pesadilla del episodio, las pérdidas materiales y detenciones también, así la suspensión de clases y  la paralización productiva, pero… pero…

La Oposición que vive ahora su momento estelar, debe ahora pasar a controlar, gobernar, las barricadas, condenando y extirpando cualquier foco de anarquía, como los terribles miguelitos que rompen los cauchos, o los vidrios fondo de botella, más aún los saqueos que en zonas cercanas a barricadas se han producido.

La Barricada debería servir para sumarle intención de votos a la Oposición, no para hostigar al transeúnte que sale a trabajar o quiere llegar a su casa, simplemente por necesidad. ¿Alternativas? Que cada Barricada incluya un pequeño portón por el cual pase el que necesite usar esa vía, sin necesidad de rogar ni ser humillado.

Las Barricadas podrían convertirse en focos ideológicos de la Oposición, entregando folletos con contenidos concretos: cómo funciona una economía competitiva, qué es la libertad de mercado y cómo ha creado la riqueza mundial, qué es la filantropía empresarial y cómo ha desarrollado a las potencias industriales, y explicando el modelo económico que se puede anteponer al socialismo para acabar con las colas, escasez e inflación. Una barricada amigable, comunicativa, promocional es presagio de un probable gobierno amplio y tolerante. Una barricada hostil, amenazante, revive la locura del 12 de abril y termina operando a favor del gobierno. ¿Si o no?

Si las barricadas no logran derrumbar al Gobierno, tesis que el empresariado desecha pues  de hecho fue a Miraflores a dialogar… si casi todas las figuras clave de la Oposición se han distanciado del extremismo, es obligatorio no dejar de su cuenta a las muchedumbres que tras las barricadas batallan por sus ideas. Hay que recordar que la Oposición siempre ha estado a pocos puntos de lograr el gobierno, incluso ha dejado de ganar por simple forfait. Varias veces la Oposición derrotó electoralmente al propio Chávez, como en el referéndum constitucional de 2007. De las barricadas, como de las marchas, siempre que se afinquen en un esquema pacifista, propagandístico y convincente, puede arrancar el empuje triunfal para un cambio en Venezuela, que no sólo sería de Presidente, también de modelo económico, de concepción social, de aptitud ante la vida y el trabajo.

Tarde o temprano, este enésimo combate total entre gobierno y oposición, terminará en las mesas de votación. Ya se pueden convocar los referenda revocatorios de los parlamentarios. Con una inteligente estrategia, catalizando el descontento actual, más de la mitad de los diputados son fácilmente revocables. El peor escenario para la oposición sería que este nuevo empuje se pierda entre la desesperanza y la apatía electoral. Como ha pasado tantas veces en estos largos 12 años.

 

(*)Abogado y Politólogo                     raescalante@hotmail.com

http://www.proyectoredimension.blogspot.com/2014/02/que-pueden-lograr-las-barricadas.html