AJEDREZ/TORNEO DE CANDIDATOS
Un portento con mente de hielo
El ruso Kariakin, de 26 años, retará a Carlsen en noviembre tras ganar el Torneo de Candidatos
Moscú
Nadie ha batido aún la hazaña que logró a los 12 años y 7 meses: ser gran maestro (máximo título en ajedrez). Casi tres lustros después, el ruso Serguéi Kariakin será el retador del campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, del 10 al 30 de noviembre en Nueva York, tras ganar ayer el Torneo de Candidatos en Moscú. Su principal virtud es una mente helada, que aguanta máximas tensiones.
A los cinco, Serguéi ya sabía jugar al ajedrez en Simferópol (península de Crimea, entonces perteneciente a Ucrania); le había enseñado su padre, empresario, a petición del niño, impresionado por un reportaje que vio en la televisión. Pero no sabía escribir, así que no podía apuntar las jugadas. Por esa razón, los participantes de un torneo local en 1995 tuvieron que reunirse para votar si permitían competir al prodigioso Kariakin. Éste fue admitido, y celebró su primera victoria saliendo de la sala con volteretas acrobáticas, otra de sus aficiones infantiles, junto al fútbol, el tenis de mesa, las novelas de Agatha Christie y Sherlock Holmes, y los juegos de estrategia en el ordenador.
Sin embargo, comparado con el meteoro Carlsen, su progresión siempre fue más lenta, y se vio frenada en 2009, cuando hubo varios cambios simultáneos e importantes en su vida, demasiados para que su rendimiento deportivo no se viera afectado: emigró de Ucrania a Moscú, se hizo ruso, se casó (con la gran maestra Kateryna Dolyíkova) y fue asignado a Yuri Dojoián, el ex entrenador de Gari Kaspárov.
“Carlsen es un buen tipo”
L.G. Moscú
Quien espere que el duelo entre Carlsen y Kariakin sea tan enardecido como los históricos entre Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov, es mejor que lo haga sentado, porque es muy improbable que ocurra. “Magnus es un buen tipo. Sería exagerado decir que somos amigos, pero nuestra relación es realmente cordial, sin problemas”, explicó ayer en Moscú el nuevo retador.Kárpov y Kaspárov se odiaban tanto como se necesitaban. Eso les permitió, entre 1984 y 1990, batir la marca de rivalidad de todos los deportes: más de 500 horas frente a frente en un escenario, y miles de horas más pensando obsesivamente el uno en el otro, bajo tremendas presiones políticas cuando su país, la URSS, mucho mayor que la Rusia actual, se caía a pedazos.
Carlsen, de 25 años, y Kariakin, de 26, fueron dos niños muy prodigiosos que ahora se enfrentarán como adultos. Ambos son gélidos de carácter. El noruego exhibe más su genialidad. El ruso confía mucho en su sabiduría técnica. Los aficionados ya se relamen.
AJEDREZ/TORNEO DE CANDIDATOS
Kariakin triunfa por su dureza
El ruso, de 26 años, retará por el título mundial a Magnus Carlsen en noviembre en Nueva York
Moscú
Su juego no ha sido el más brillante ni el más rico en ideas, pero la fortaleza nerviosa es fundamental en el ajedrez del siglo XXI, y Serguéi Kariakin ha sido el más duro y templado en el Torneo de Candidatos de Moscú. El ruso, de 26 años, ganó al estadounidense Fabiano Caruana, quien perdió el control cuando se apuró de tiempo, en la partida decisiva de la última ronda.
Pero toda esa alegría llegó tras una enorme incertidumbre y mucha emoción. Un día primaveral de sol radiante en Moscú incita a pasear por la Plaza Roja, a 200 metros del hotel que aloja a los jugadores, sin abrigos ni gorros ni bufandas. Más de un psicólogo hubiera recomendado a Kariakin y Caruana que, durante al menos 30 minutos, se confundiesen con el gentío que admiraba las murallas del Kremlin, la entrada al Mausoleo de Lenin, la Torre Spassky, la catedral de San Basilio o el señorial edificio de los grandes almacenes Gum.
Caruana podría haber elegido alguna variante que le garantizase una partida larga, posicional, a la espera de que Kariakin se equivocara en algún momento. Pero, dada la dureza que el ruso ha exhibido durante todo el torneo y su virtuosismo en el juego posicional, el ítalo-estadounidense probablemente acertó al arriesgar desde el principio, metiéndose en una aguda variante de la Defensa Siciliana. Había una combinación que le favorecía: si Viswanathan Anand ganase con negras a Péter Svídler en la mesa de al lado, a él le bastaba con el empate. Pero esa especulación no va con su carácter ni con su estilo, de modo que buscó la victoria desde el principio. Y de hecho logró llegar a una situación apropiada para sus fines: muchas piezas en una posición complicada y apuros de tiempo mutuos. El propio Kariakin admitió después que se encontraba incómodo en ese momento.
El caso es que, justo en ese momento, con Anand y Svídler ya en la sala de prensa porque habían hecho tablas, Caruana hizo una jugada perdedora, cuando aún podía mantener una posición muy complicada y con poco tiempo para ambos en el reloj. Ciertamente, el yerro del estadounidense requería un preciso sacrificio de torre del ruso, pero no era difícil para un jugador de su categoría.
Clasificación final: 1º Kariakin 8,5 puntos; 2º Caruana 7,5 puntos; 3º Anand 7,5; 4º-7º Aronián, Giri, Svídler y Nakamura 7; 8º Topálov 4,5.
http://elpais.com/elpais/2016/03/28/actualidad/1459176730_634106.html?rel=mas
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