Sunday, April 20, 2008

entrevista a carlos torre. el mejor ajedrecista mexicano de todos los tiempos.

Carlos Torre es una leyenda viva, la figura más prominente del ajedrez mexicano. Nació en Mérida, Yucatán. Viene de ganar el Campeonato de Louisiana, el Campeonato del estado de Nueva York aunado a esto es: el Campeón del Torneo Western Championship, de Detroit; Carlos tiene entusiasmada a toda Europa. Ha jugado en el torneo de Baden Baden, Alemania, donde ha sido el más joven participante y obtuvo el décimo lugar entre los mejores competidores del mundo. En el torneo de Marienbad, ha logrado un tercer lugar, además del halago, el mejor elogio de Ricardo Reti, teórico de la escuela Hipermoderna, quien denominó a su partida: "el juego más hermoso del torneo". Aun así Carlos Torre tiene un carácter bondadoso y amable.



A Torre le enseña el ajedrez su padre a los seis años, en su natal Mérida. Poco después la familia se traslada a Nueva Orleans y como en su época lo hizo Morphy, Carlos Torre Repetto - que es su otro apellido- viaja al viejo continente donde se ha enfrentado a los grandes ajedrecistas, participando en los torneos de más alto nivel: Baden-Baden, Marienbad, Moscú, etc., y en todos ellos ha logrado espectaculares triunfos. Muy pronto lo llevarán en hombros por la calles de una gran ciudad, y ¿por qué no? podría ser Paris; como a Paul. El maestro nos cuenta que en Checoslovaquia después de que le había ganado a Yates, Campeón de Inglaterra, caminando por las calles en compañía de Gunsberg, director del torneo y de la esposa de este, se encontraron con Nimzovich. Ante el asombro de todos, fue tanta la alegría de Aaron al ver a Carlos que gritando, le repetía: “¡Torre isn ein grosser meister!” ¡Torre es un gran maestro! ¡Viva México!

A su corta edad ha participado, lo hemos dicho: en Baden Alemania, intervino en el certamen de Marienbad Checoslovaquia donde compartió el tercer lugar con Marshall y en noviembre disputó en el gran torneo de Moscú, en este empató con el campeón José Raúl Capablanca y derrotó a Emmanuel Lasker. Destacamos otras victorias ante Frank Marschall, Ricardo Reti, Freidrich Sämisch; entre otros.

Alekhine comentó hace poco que Carlos Torre es una débil luz que vislumbraba en el primer horizonte del Campeonato Mundial.

Se le explica a esta gran luminaria que ha tenido brillantes partidas como el ataque contra Schapiro, la del magistral sacrificio de dama contra Banks, el sensacional empate forzado ante José Raúl Capablanca, su conocida victoria frente a Lasker con la combinación llamada por algunos como “el remolino”, su victoria ante Yates en Marienbad, la del espectacular sacrificio de torre en “e6” frente a Saemisch, que al nombrársele una palabra deberá mencionar en forma libre lo que le venga en mente. A continuación la trascripción de las preguntas y respuestas:

Ajedrez:

El ajedrez es ciencia en cuanto tiene sus propias normas, su mecanismo matemático preciso cuyos errores son bastantes tangibles y en cuanto que progresivamente, se van descubriendo los mejores caminos y se van comprobando, técnicamente, las variantes erróneas. Pero es también arte en cuanto a que no hay un solo camino -el mejor- para seguirlo, sino que cada sendero se ajusta a la personalidad propia de su autor y para éste es una forma de expresar la belleza, para lo cual se requiere pasión y verdadera inspiración.

Ajedrecista:

El desarrollo de nuestra habilidad no consiste en que lleguemos a ser conocedores de las aperturas y diestros en los finales, por que no hay desarrollo sin armonía… Debemos empeñarnos principalmente en jugar todas las partes del juego igualmente bien, esto es, jugar al ajedrez.

Combinación:

Las más admirables combinaciones de los grandes maestros son la culminación de planes directos y simples. Estas brillantes combinaciones, que llenan nuestro ser del más alto sentimiento de bienestar, no ocurren al acaso: son producto de la evolución.

Evolución:

Si siempre jugamos cada vez mejor que antes: la apertura con mayor precisión, el medio juego más conscientemente y el final con exactitud; si nos proponemos hacer nuestros cálculos con más corrección, producir una obra maestra, nuestros esfuerzos internos se traducirán y nuestro progreso sobrepasará a los más lisonjeros sueños. La fuerza que se acumula debe producir progreso, y de esta suerte, nuestro esfuerzo continuo y creciente desarrollará nuestra habilidad en razón progresiva.

Reti:

Amablemente dijo que había yo elaborado en Marienbad, "el juego más hermoso del torneo" Lo cual agradezco.

Alekhine:


Es el mejor calculando variantes, ningún otro se le puede igualar en profundidad de cálculo, tiene una enorme capacidad de trabajo, y una memoria prodigiosa.

Capablanca:

Tengo la impresión de que juega con vistas al final, él ve o siente, lo que hay que hacer en cualquier posición.

Lasker:

Es un jugador tanto práctico como racional al mismo tiempo. Su estilo es más parecido al de Capablanca que al de Alekhine. Práctico y a la vez finamente intuitivo, lo que le permite ahorrar tiempo y energía, y le facilita jugar rápido. El ajedrez, según opinión de Lasker, es la lucha entre dos cerebros. Pues bien cada uno de ellos tiene su propia forma de razonar, sus propios prejuicios y complejos. Así, por ejemplo, un hombre con complejo de inferioridad jugaría siempre a base de movidas tímidas y, en cambio, un aventurero hará audaces sacrificios, frecuentemente de resultados desastrosos. Un avaro, a su vez, tendrá por objetivo el atesoramiento de peones, y un astuto comerciante jugará a base de celadas a su adversario. El ajedrez, en cierto modo; es un test psicológico que refleja a la personalidad subconsciente del individuo.

La Lanzadera:


Fue una partida donde sacrifiqué mi dama, posibilitando la acción combinada de un alfil y una torre sobre el rey contrario. La torre blanca va arrasando con la posición de Lasker, y yo aproveché los jaques a la descubierta y capturando piezas recuperé la dama en un final ganador. No la considero una buena partida, ambos cometimos varios errores, esa fue una de mis peores partidas, y también la peor de Lasker.

Humildad:

La sinceridad y la modestia, las aprendí de niño.

Marshall.

Gané la partida, finalizó en escasas 8 jugadas.

Dupré:

Pude realizar un ataque implacable, que obligó a su rey a moverse de casilla en casilla hasta que lo derroté.

Tartakover:

De una personalidad envolvente. A mi partida con Dupré, Tatakover la llamó como la del “Rey Magnetizado”, entendía que el rey de Dupré se movía como magnetizado, inexorablemente a la casilla del jaque mate. Alguna vez dijo con su humor e ingenio que lo caracterizaba que yo los aventaja a todos porque jugaba con tres torres, en franca alusión a mi apellido –Carlos esboza una sonrisa.

La partida más difícil:

La que le gané a Whitaker. Al principio, la posición estaba igualada, entonces yo ofrecí tablas, pero para mi sorpresa, el maestro Whitaker las rehusó. Así que decidí emplearme a fondo y explotar al máximo cualquier pequeña imprecisión de mi oponente. De ahí derivó mucho forcejeo y una tensa lucha. Unas 20 jugadas después mi oponente, en posición inferior, me propuso tablas, pero ya era demasiado tarde. Yo estaba determinado a ganar, y gané, aunque hice un esfuerzo casi sobrehumano.

GM:

La virtud de los grandes maestros es el esfuerzo a conciencia... El esfuerzo a conciencia y el conocimiento caminan paralelamente. Las más admirables combinaciones de los grandes maestros son la culminación de planes directos y simples. Estas brillantes combinaciones, que llenan nuestro ser del más alto sentimiento de bienestar, no ocurren al acaso: son producto de la evolución. Obrar a conciencia, ser sincero, querer, eso es desarrollo.

Jugar por otro país:

Me hicieron ventajosas proposiciones pera que me nacionalizara norteamericano, proposiciones que rechacé de plano, por que siempre he dicho, y repito ahora, que mis triunfos, los pasados y los que alcance en el futuro. Los quiero únicamente para mi México.

Sus hobbies:

La filosofía y las matemáticas.

E.Z. Adams:

Alguna vez fue mi maestro.

Memoria:

La memoria debe ser una simple ayuda para desarrollar nuestra creatividad.

Libros:

Mis primeros libros de ajedrez fueron los de Mason, y creo que ejercieron influencia en mi estilo. Nuestra actitud hacia los libros de ajedrez debe ser de respeto, pero también de precaución. Delimitar la memoria mecánica, de la imaginación creadora. Una vez que nos hemos familiarizado con los estilos y los métodos de juego de los grandes maestros, no debemos tratar de imitarlos porque no seremos capaces de vivenciar el proceso psíquico que originço en cada gran maestro, su estilo.

El niño y su forma de jugar:

Debemos respetar la inclinación de cada niño de escoger lo que se ajusta más a su individualidad. No depende esta elección de la erudición, ni de la memoria, ni siquiera de la imaginación, si no de un instintivo sentido de autoconservación. Se familiarizará el niño con la geometría del tablero, con sus peculiaridades y el valor relativo de cada una de sus piezas; comprenderá y concebirá algunas combinaciones elementales del juego. Después el avance se deberá a sus esfuerzos. Adquirirá cada vez más técnica y conocimientos teóricos; al final encontrará el camino a la creatividad en el ajedrez.

¿Los ajedrecistas se hacen solos?:

Esboza una sonrisa y dice: a mi me gusta el arte de aprender enseñando.

3 comments:

Gabriel Capó Vidal said...

Hola

Me gustaria se pusiera la fuente de esta imaginaria entrevista al ajedrecista, que es de mi autoria

Dr. Gabriel Capó

http://quienesjugaronajedrez.blogspot.mx/2008/04/carlos-torre-es-una-leyenda-viva-la.html

ernesto rondon said...

http://quienesjugaronajedrez.blogspot.mx/2008/04/carlos-torre-es-una-leyenda-viva-la.html

Unknown said...

Ernesto Rondon, debería indicarse en el texto al autor de la entrevista, así como el lugar de donde fue copiada.

Yo ya habia leído esta entrevista un par de veces; me parecen fascinantes las respuestas de Carlos Torre. Sinembargo, me queda la duda de si el Dr. Uriel Capó fue el que realizó la entrevista, o sólo recopiló fragmentos de otras entrevistas.

En cualquier caso, no es muy honesto adjudicarse una entrevista, ni muy de caballero el plagio.