Una compañera la compartió en su muro y acá lo comparto para todos. Una de las cosas que más me llegó fue el poder caminar al lado de gente real, gente que ya dejó la máscara para relacionarse desde la esencia, de corazón a corazón. Llega un momento en que preferimos esa gente porque podemos sintonizar con nuestra realidad.
"Conté mis años y encontré que voy a tener menos tiempo para vivir en el futuro de lo que he vivido hasta ahora.
Me siento como el niño que ganó un tazón de duraznos . Al principio , los comía descuidado, pero al darse cuenta de que le quedaban pocos, hasta limpiaba el carozo.
Ya no tengo tiempo para lidiar con la mediocridad.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
Me inquieto con envidiosos tratando de destruir a los que admiran , codiciando sus lugares ,su talento y su suerte.
No tengo tiempo para proyectos megalómanos .
No tengo tiempo para conversaciones interminables para discutir inútilmente sobre la vida de otras personas que no forman parte de la mía.
No tengo tiempo para manejar la sensibilidad de las personas que, a pesar de la edad cronológica, son inmaduros .
No me gusta la confrontación de los enemigos que lucharon por el majestuoso título de secretario general del coro, o tonterías por el estilo , lo que sea .
Mi tiempo se ha vuelto escaso para discutir etiquetas, quiero la esencia , mi alma tiene prisa ...
Sin ya muchos duraznos en el tazón, quiero vivir al lado de las personas humanas , muy humanas, que saben reírse de sus errores garrafales , no se encantan con triunfos , no se considerarán electos de antemano , no huyen de su mortalidad , defienden la dignidad de los marginados, y sólo quieren caminar del lado del bien .
Caminar cerca de cosas y gente real, disfrutar de ese amor absolutamente sin fraudes, nunca será una pérdida de tiempo .
Lo esencial hace que la vida valga la pena vivir .
Sólo lo esencial !"
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