Actitud Mental
'En circunstancias sombrías, el optimismo es como la luz de sol que disipa las tinieblas de la noche al amanecer del nuevo día. Es incalculable la influencia de un espíritu optimista. Así como basta una gota de aceite para callar el ruido del eje de una puerta, basta un simple rayo de sol para desvanecer la sombra. Y así como la beneficiadora e inspiradora de la luz solar, tan necesaria para la vida y la salud, llena de regocijo toda la naturaleza y aviva el alma de la persona, un semblante alegre ilumina los corazones ajenos y fortalece a cuantos le miran y reciben ánimos los obstáculos que se les interponen en el camino.
El semblante alegre es un don propio del pobre y del rico indistintamente, del joven y del viejo. Todos tienen derecho a este don y todos pueden disfrutarlo. Cuando estamos alegres todos nos sonríe y parece como la naturaleza participara en nuestra alegría y reflejara nuestro júbilo; pero si estamos tristes y abatidos, todo cuando nos rodea toma el mismo color.
Cuando la sonrisa se apaga en nuestros labios, la mente se llena de imágenes negativas y queda infestada de duda y temores. Cuando la valentía se marcha, viene el desorden; cuando el júbilo sale, entra la tristeza.
Si algo necesita nuestra sociedad son personas optimistas y alegres. Lo mismo cuesta poner semblante risueño que ir de un lado a otro con el rostro tormentoso; y sin embargo, ¡cuán diversamente influiremos, según el caso, en quien nos vea, pues todos reciben la ayuda o sufren el estorbo que de nosotros emana!'
Orison Swett Marden
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