La sociedad no puede tolerar a alguien que es rebelde, porque él destruirá toda la estructura.
Puede estar correcto;
Atenas no pudo tolerar a Sócrates, no es que él haya estado errado, él estaba absolutamente correcto, pero Atenas no lo pudo tolerar, porque si se le tolera, entonces toda la estructura de la sociedad caerá, se le echará a los perros, entonces la sociedad no puede existir.
Sócrates tiene que ser sacrificado para preservar la sociedad.
Jesús fue crucificado, no porque lo que dijera estuviera errado, mas bien, en esta tierra nunca han sido pronunciadas palabras tan verdaderas, pero fue sacrificado para preservar la sociedad, porque en la manera que él estaba hablando, en la manera en que se estaba comportando, era peligroso para la estructura.
La sociedad no puede tolerarte, te castigará.
Pero también racionaliza, dice; es sólo para corregirte, te castiga por tu propio bien. Y nunca nadie se preocupa en saber si ese bien es alguna vez alcanzado, o no.
Hemos estado castigando a delincuentes por miles de años, pero nadie se preocupa si esos delincuentes son alguna vez transformados por el castigo, o no.
Los delincuentes van aumentando;
más leyes, más delincuentes, más cortes, más castigos. El resultado es absolutamente absurdo;
más delincuencia.
¿Cuál es el problema?; El delincuente también puede sentir que eso es una racionalización, y que él es castigado por su error;
es castigado porque ha sido descubierto.
El también tiene su racionalización;
así que la próxima vez,
va a ser más astuto y más listo, eso es todo.
En esta oportunidad él ha sido apresado, porque no estuvo atento, no porque haya hecho algo errado.
La sociedad demostró ser más lista que él, la próxima vez, él va a demostrar ser más astuto, más listo, más inteligente, entonces no será descubierto.
Un prisionero, un delincuente que es castigado, siempre cree que es castigado no por el hecho que haya cometido, sino porque ha sido descubierto.
Así que lo único que va a aprender del castigo, es a no ser descubierto.
Así que cada vez que un prisionero sale de la prisión, ahora es más delincuente que nunca.
El vivió con gente experimentada dentro de la prisión, con adeptos más avanzados, que saben mucho, que han sido muy castigados, y que han sufrido por largo tiempo, porque han sido descubiertos.
Viviendo con ellos, sirviéndolos, volviéndose un alumno de ellos, él aprende; aprende a través de la experiencia, que la próxima vez no va a ser descubierto.
Entonces es un mejor delincuente.
Nadie se detiene por temor al castigo, pero la sociedad continúa pensando que castigamos para detener el delito.
Ambos están equivocados.
La sociedad tiene otro motivo;
se venga;
y el delincuente también comprende, porque los egos comprenden su lenguaje muy fácilmente, así sea inconscientemente.
El delincuente también piensa;
Muy bien, me vengaré en el momento oportuno, ya verán.
Entonces se crea un conflicto entre el ego del delincuente, y el ego de la sociedad.
Pero, ¿Es Dios igual? ¿Tal como un juez, como un magistrado, como un padre, o como un jefe? ¿Es Dios cruel en la misma forma en que lo es la sociedad? ¿Es Dios también, en lo profundo, un egoísta tal como lo somos nosotros? ¿Se vengará si desobedeces, te castigará?.... Descubrelo aqui ➳https://youtu.be/ycuz8E_nnBU
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