Sunday, April 09, 2006

la criminalidad en venezuela

CRIMINÓLOGO. Mármol León: Las fallas del Copp son los beneficios que concede
“En las policías hay una COMPLICIDAD manifiesta”
Texto: Wilmer Ferrer
“El delincuente de hoy está cargado de odio social”. “El Código Penal no se adapta a la realidad venezolana”. “El que cumple condena de 30 años debe pagar su pena completica”.
Ante la incapacidad de los cuerpos de seguridad de bajar los índices delictivos, Mármol León considera que: “las policías no tienen la capacidad operativa ni suficientes recursos logísticos para enfrentar tantos casos”.
Caracas
Fermín Mármol León, ex ministro de Justicia, no duda en asegurar que “en los cuerpos policiales hay una complicidad manifiesta” cuando a los agentes con amplio prontuario criminal probado y comprobado se les destituye y quedan en libertad plena, sin cargos formulados en tribunales.
Es gente que escapa de la justicia, a pesar de ser parte de mafias que roban vehículos, extorsionan, cobran vacuna, cometen sicariato y secuestran. De acuerdo con Mármol León, los organismos de policía deben tener capacidad autodepuradora para salir de gente que estorba.
Estudioso de la conducta criminal, director de la extinta PTJ, ex ministro de Justicia y autor del libro Cuatro crímenes, cuatro poderes, dijo que “muchas veces hay complicidad interna entre el subalterno y el jefe superior”, lo que incluye hasta el reparto de botines.
—¿Cuál es el perfil del criminal actual?
—El perfil ha ido cambiando. Hace 20 años, a mí me tocó enfrentar una delincuencia agresiva pero no con las características de la delincuencia de hoy.
—¿Es más agresiva la actual?
—Es peor porque la delincuencia de hoy tiene un ingrediente nuevo, desconocido antes: el odio social que la hace agresiva y asesina. En el país se mata para robar un par de zapatos, una cámara fotográfica, una bicicleta, un carro.
Me enfrenté a la banda La Pesada, a Alfredito Alvarado “El Rey del Joropo”, un atracador de bancos, y no digo que eran delincuentes tipo Robin Hodd, pero eran personas que jamás maltrataban a alguien porque disparaban al techo y tiraban granadas de humo. Pero el delincuente de hoy asalta y dispara, cuando sale esa bala está proyectando el odio que tiene hacia la sociedad.
—¿De dónde viene ese odio?
—Es un niño que traemos al mundo y que no queremos por embarazo no deseado; ese niño, quizá, odia a un papá que no conoce porque si se hubiera ocupado de él no sufriera los maltratos del padrastro de turno. Llega un momento en que odia a su mamá porque tiene los mejores halagos para ese padrastro de turno, y odia a la madre al permitir que su hermanita se acueste con el tipo. Odia al Niño Jesús que en diciembre no le llevó un regalo, y no entiende cómo al muchado de enfrente sí le llevó una bicicleta o una moto. Odia a la sociedad y tiene su razón para odiarla. Por ese odio mata.
—¿Cómo es la percepción criminal de la justicia venezolana?
—Mala porque nuestra justicia se politizó, no es expedita y es injusta en vez de ser justa. La justicia tiene que ser ejemplarizante porque cuando se comete un delito debe haber una sanción inmediata para enseñar a la sociedad que quien comete un delito debe ser castigado.
—¿Cree que la reforma del Código Penal generará una mejor aplicación de la justicia?
—Seguro. Tienen que reformar el Código Penal y castigar el secuestro con 25 años y 30 para el atraco con homicidio. Ésa es una reforma para decirle a las lacras sociales, que las hay en todo el mundo, que se están portando mal y que entiendan que hay un castigo fuerte. En los países desarrollados ¿cómo atacan a las lacras sociales? con la pena de muerte. Nosotros debemos castigarlos de otra forma.
—¿Cuáles otras formas?
—Por ejemplo, 30 años sin beneficio. Nuestro error es que el Código Orgánico Procesal Penal da una serie de beneficios y eso permite que el delincuente que mata a alguien, si tiene un comportamiento bueno en la cárcel, y estudia o pinta cuadritos recibe un beneficio y paga 10 años. ¿Cómo va a pagar un tipo que violó y mató a una niña diez años? Ese tiene que pagar los 30 años completicos. Por tanto, eso hay que reformarlo.
— Cuando era senadora, Haydée Castillo habló de aplicarle pena de muerte a personas autoras de crímenes horrendos.
—Lo que pasa es que nuestro Poder Judicial es tan débil y politizado que, de repente, puede haber una pena de muerte contra alguien por razones de tipo político, por ejemplo. No tenemos el Poder Judicial adaptado a una pena de esas características.
—¿Quiere decir que el Código Penal y el Código Orgánico Procesal no se ajustan a la realidad?
—Estamos enfermos con una criminalidad asesina y tenemos que vacunarnos contra esa criminalidad asesina. Este país es distinto al de hace 30 años porque hemos crecido, hemos tenido corrientes migratorias malas y la delincuencia tiene ese perfil.
—¿En qué falla el Copp?
—En los beneficios que concede. No debería dar beneficios a un individuo porque se portó bien en la cárcel. No, porque todos tienen que portarse bien. Un hombre encarcelado está castigado por violar las normas de la sociedad.
Otro error grave del Copp es la función que le da a la Fiscalía General al encargarla de dirigir las investigaciones. Eso es un error porque el fiscal tiene el conocimiento jurídico, pero no el criminalístico. No se puede designar a un fiscal de dos años de graduado para dirigir la investigación de un homicidio importante frente a funcionarios que tienen 20 años trabajando en eso.
—¿Jurídicamente, qué se puede hacer para frenar la violencia hamponil en Venezuela?
—Por ser un policía de 30 años, siempre he mantenido la tesis de que los problemas sociales necesitan soluciones sociales y no policiales. Con más policías, con tanques de guerra ni con el Ejército no resolvemos la criminalidad porque es un problema social. Hay que definir una política anticriminal coherente que no hemos definido ni en la cuarta ni en la quinta República.
—¿Por qué tardan en resolverse los casos criminales en Venezuela?
—Primero, las policías no tienen la capacidad operativa ni suficientes recursos logísticos para enfrentar tantos casos. La policía y la comunidad nos hemos acostumbrado a que se cometan delitos en el país, lo cual es grave.
—¿Cómo depurar las policías?
—Será necesario sacar a algunos de esos enfermos porque no tienen cura y buscar gente nueva con un baremo de reclutamiento diferente, hacer una selección mejor con exámenes sicotécnicos, sicológicos y siquiátricos, y compensarlos con mejor sueldo.
ExpertoEgresó en la primera promoción 1958-1959 del Instituto de Formación Profesional del CTPJ. Realizó estudios de especialización en Venezuela y en el exterior (Argentina, Alemania, Italia, Israel). Estudiante invitado del FBI y DEA-Washington, D.C. Representante de Venezuela en diversos eventos internacionales de Interpol. Profesor Universitario. Escritor. Entre otras obras es el autor del guión de dos películas: Cangrejo I y Cangrejo II, dirigidas por Román Chalbaud.

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