Tuesday, August 07, 2007

el sindrome de peter pan

Síndrome de Peter Pan

Ana Luisa Gastón

Según diversos autores el síndrome de Peter Pan lo padecen las personas que aun en la edad adulta continúan pensando, sintiendo y comportándose de manera irracional, infantil e inmadura.

El nombre del síndrome se debe a las características de personalidad del protagonista de la obra escrita por James M. Barrie, novelista, dramaturgo escocés 1860-1973, que obtuvo un gran éxito en todo el mundo y cuyo título todos conocemos: Peter Pan.

La relación de este síndrome con la novela es que en el país imaginario Nunca Jamás el lema de los niños que viven allí es "no querer crecer nunca". O sea, permanecer siempre niño, aun siendo adultos. Ocurre lo mismo con muchas personas de nuestra sociedad, inconsciente o conscientemente no desean crecer, no quieren madurar como conciencias. Esto, deriva en una serie de consecuencias no muy favorables para estas personas.

Una de las características que predominan en este síndrome, entre otras, es la falta de madurez afectiva. Dentro de este aspecto, como formas claras de inmadurez se pueden destacar la inseguridad, la falta de confianza en uno mismo y la auto-valoración negativa e inadecuada. Por ejemplo, hay personas que se sienten bien cuando los demás les aprueban y se sienten mal cuando les reprueban . En estos casos uno deja en manos de las demás conciencias su propio bienestar. Una de las razones posibles por lo que esto acontece es por la falta de nuestro propio autoconocimiento y la manera de pensar que tenemos de nosotros mismos y de los demás. Con la adquisición de información adecuada y la experimentación de la misma en el día a día podemos llegar a conocernos mejor, salir de nuestros pensamientos inmaduros y comenzar nuestra marcha rumbo a la madurez integral.

El hecho de no querer asumir responsabilidades es otra de las maneras de manifestación de inmadurez de la conciencia. Y no solo me refiero a nuestras responsabilidades en esta sociedad intrafísica sino también a nuestras responsabilidades que como conciencias acatamos antes de venir a este mundo físico. Es decir, a los compromisos que adquirimos con nuestra propia evolución y con la de las demás conciencias antes de renacer. Es lo que la Concienciología llama Programación Existencial . Realizar la programación de vida supone salir del infantilismo y del egocentrismo de uno, ser altruista con discernimiento, ser maduro. Cumplir o no esta programación nos conducirá a estar o a no estar en unas condiciones favorables en nuestra evolución cuando pasemos por la muerte biológica y volvamos a la dimensión no-física de la cual somos originarios. Es en esta dimensión no-física donde se realiza la revisión del cumplimiento de nuestra programación. Si la hemos llevado a cabo habremos conseguido madurar un poco más como conciencias y nos encontraremos felices. Si por el contrario no somos capaces de llevarla a cabo, nuestro estado será de melancolía o peor aun de profunda tristeza.

Así, sucesivamente vida tras vida, porque la madurez no se puede entender como un destino definitivo donde uno se establece de manera perenne cuando su vida física acabó, sino que hay que continuar vida tras vida de manera progresiva en nuestra evolución hasta poder alcanzar la Holomadurez como conciencias.

Pero, ¿qué ocurre con las conciencias inmaduras cuando llegan a esta dimensión no física? ¿Existe alguna manera de nosotros poder investigar y conocer que ocurre con estas conciencias?

¿Será que podemos salir a través de la ventana volando como los personajes de la novela que nos ocupa e ir a visitar comunidades no-físicas y comprobar que existen lugares semejantes al del país de Nunca Jamás , donde pudiera haber conciencias que ya han pasado por la muerte biológica y se comportan igual que los niños que habitan en dicho país?

Según la Proyecciología, (subdisciplina de la Concienciología, que estudia la salida de la conciencia fuera del cuerpo físico, así como los fenómenos psíquicos y bioenergéticos correlacionados) es a través de la Experiencia Fuera del Cuerpo o Proyección Astral Lúcida, o la salida de nuestro cuerpo físico como podemos comprobar si existen dichas comunidades y conciencias y evidenciar que el Síndrome de Peter Pan lo padecen no solo las personas que viven en la dimensión física sino también las que se manifiestan en la dimensión no-física. Porque cuando una persona es inmadura en la vida terrestre cuando muere continua siéndolo en la dimensión no-física. La conciencia no cambia su comportamiento porque se manifiesta con otro vehículo y en otra dimensión.

Pero no crea en nada de lo que en este artículo está escrito sino que experimente usted mismo (principio filosófico de la IAC). En nuestros cursos usted puede encontrar información más exhaustiva acerca de los temas señalados en este artículo y practicar con técnicas adecuadas para producir la salida fuera del cuerpo e investigar por usted mismo la veracidad de las informaciones aquí expuestas.

Síndrome de Peter Pan

Los adultos incapaces de crecer camuflan bajo esta actitud importantes carencias emocionales

Son adultos sólo en apariencia porque su actitud continúa siendo la de alocados niños y adolescentes que no se responsabilizan de sus actos. Las personas que padecen el síndrome de Peter Pan o de Inmadurez Emocional son incapaces de crecer, y su alegría y seguridad suelen ser una máscara que esconde su inseguridad y temor a no ser queridos. Aunque difícil de solucionar porque es un problema que no reconoce quien padece el trastorno, puede superarse con terapia psicológica y ayuda de sus parejas o familiares.

Incapaces de crecer
Hijos que nunca creen apropiado marcharse de casa, cuarentones con una vida social típica de un adolescente, amistades y grupos de salida mucho más jóvenes& Se trata de personas que, a pesar de haber alcanzado la edad adulta, son inmaduros emocionales y no quieren o son incapaces de crecer y afrontar las responsabilidades que conlleva la vida adulta. Son personas que padecen el denominado síndrome de Peter Pan, un nombre que se basa en el conocido personaje de la literatura infantil creado por el escocés James Matews Barrie en el año 1904. La primera vez que se utilizó el nombre de Peter Pan, haciendo alusión a un problema emocional fue en el año 1966, cuando el psiquiatra Eric Berne se refirió con este nombre al niño que todo adulto lleva dentro y que está centrado sólo en satisfacer sus propias demandas y necesidades. Casi veinte años más tarde, en 1983, el psicólogo Dan Kiley escribió en un libro en qué consistía el que ya denominaba como "síndrome de Peter Pan". El psicólogo lo aplicaba, tal y como se continúa haciendo en la actualidad, para definir a los adultos que no quieren o se sienten incapaces de crecer. Un año después utilizó el término de "Síndrome de Wendy" para describir a quienes actúan como padre o madre con su pareja o con la gente más próxima, liberándoles de la asunción de responsabilidades.

La infancia es una etapa de felicidad, en la que no se tiene conciencia de la existencia de problemas, ya que otros (padres, maestros, abuelos&) los solucionan por ellos. Hacia el final de la adolescencia, sin embargo, se produce un cambio de mentalidad y una toma de conciencia sobre las responsabilidades que hay que tomar. Cada persona empieza a orientar su vida hacia una determinada dirección, aunque algunos individuos se niegan a superar esta etapa y se resisten a crecer y afrontar responsabilidades de la vida adulta. Según indica la psicóloga María Rodríguez, del Centro psicológico de Estudio y Terapia del Comportamiento de San Sebastián, las personas que padecen este trastorno tienen un cuerpo de hombre con mentalidad de niño. El síndrome de Peter Pan puede darse en ambos sexos, aunque es más frecuente entre los hombres, según explica Concepción Etiens, psicóloga de la clínica Arga de Madrid. El de Wendy, por el contrario, es más frecuente entre mujeres (madres o parejas) que suelen justificar las "niñerías" de estos adultos incapaces de crecer y soportan, e incluso alientan de manera involuntaria, la actitud infantil y enfermiza del Peter Pan de turno.

Cómo reconocerlo
Los adultos que padecen este trastorno lo son "sólo de nombre", como indica Concepción Etiens, porque actúan como niños a pesar de ser adultos, que en muchos casos superan los veinte y treinta años. Estas personas crean entre sus familiares, sobre todo, un alto grado de confusión porque a primera vista aparentan estar seguros de sí mismos, incluso, tal y como explica la experta, pueden parecer personas arrogantes. "Son capaces de entrar a una reunión y cautivar de inmediato a su auditorio. Su presencia no suele pasar desapercibida: chispeantes, seductores& hacen que los demás parezcan insignificantes", detalla la psicóloga.
Sin embargo, Etiens subraya que se trata de personas indecisas e inseguras, que temen que no les amen y camuflan sus inseguridades con una máscara de seguridad y alegría ficticias. Quienes padecen el síndrome de Peter Pan se esconden detrás de fachadas y excusas; disimulan su incapacidad de madurar con juegos, pasatiempos, negocios fantásticos, grandes proyectos imposibles y aventuras amorosas. "Por una parte, suelen ser personas divertidas y a su lado todo parece pura alegría de vivir. Pero por la otra, tratan de evadir continuamente sus responsabilidades y se refugian en fantasías imposibles de cumplir y culpan a los demás de todo lo que les ocurre"y, aunque encantadores al principio, después de un tiempo suelen tener graves problemas de adaptación en el trabajo o sus relaciones de pareja.

Suelen tener graves problemas de adaptación en el trabajo o sus relaciones de pareja
Si bien pueden camuflarse bajo un tiempo, es fácil terminar reconociéndolos, ya que según la psicóloga donostiarra, su comportamiento presenta las siguientes características:


Le seduce más la juventud, que suele tener idealizada, que su momento real de madurez.
Tiene un enorme miedo a la soledad.
Es inseguro, aunque no lo demuestre e incluso pueda aparentar lo contrario.
Su actitud se centra en recibir, pedir y criticar y no se molesta en dar o hacer.
No está hecho para la vida adulta, no se compromete por creer que el compromiso es un obstáculo para su libertad.
Tiene al lado a otra persona que cubre estas necesidades básicas.
No se responsabiliza de lo que hace, pero cree que los otros sí lo hacen
Vive centrado en sí mismo: sus disgustos, su estrés, su excesivo trabajo...
Aunque disfrute de éxito profesional, económico... se da cuenta de que su vida no tiene la firmeza ni la estabilidad que le gustaría
Está permanentemente insatisfecho con lo que tiene, pero nunca toma iniciativas ni hace nada por solucionar su situación.

Cómo solucionarlo
No es fácil enfrentarse a un problema cuando no se reconoce su existencia, y ésta suele ser la principal característica en quienes padecen este síndrome de inmadurez emocional. Por ello es esencial que, en primer lugar, "el enfermo sea capaz de darse cuenta de que su actitud no es normal ni adecuada y asumir que tiene un problema". Y, aunque para muchas personas pueda parecer obvio, "no es tarea sencilla", según asegura Rodríguez, porque culpar y hacer responsables siempre a los demás de todo cuanto les sucede es parte de este síndrome. Culpar y hacer responsables siempre a los demás de todo cuanto les sucede es parte de este síndrome
La asunción de su responsabilidad no llega en muchos casos hasta que sienten en carne propia las consecuencias de sus actos, y es únicamente entonces cuando piensan en la necesidad de algún cambio de actitud.
Las conductas ejercidas durante muchos años no se modifican fácilmente, por lo que una terapia psicológica sería la mejor indicación, en opinión de la experta del Centro de Estudio y Terapia del Comportamiento de San Sebastián, quien añade la conveniencia de comenzar con una terapia de pareja o familiar, para evitar el error de considerar que el problema se encuentra sólo en uno de los integrantes de la familia o la pareja, cuando en muchos casos los demás favorecen, sin darse cuenta, conductas de este tipo. Hay que tener en cuenta, además, que si no se supera esta fase, se puede originar en quien padece el trastorno diversas quejas emocionales:


Baja autoestima: Lo quiere todo y no está dispuesto a renunciar a nada de lo que tiene ni a poner nada de su parte para conseguir las nuevas metas y objetivos. No conseguirlo le genera una frustración continua e importantes problemas de autoestima.
Sentirse incomprendido: Siempre culpa a los demás de todo cuanto sucede en su vida, incluso de situaciones provocadas por su inmadurez. No se siente parte del problema o dificultad, y ni siquiera es capaz de creer que él pueda tener algo que ver con la evolución de los problemas.
A pesar de que, efectivamente, no es fácil tratar el problema, María Rodríguez propone una serie de pistas que pueden ayudar a que un adulto que presenta este trastorno emocional pueda recuperarse del síndrome, soluciones en las que debe intervenir la pareja o familiares del enfermo:


Permitir que se enfrente la realidad y asuma las consecuencias de su conducta: Por más duro que parezca al principio, no hay que hacerse cargo de sus responsabilidades. Si no paga las cuentas, la familia no lo debe hacer por él; si se queda dormido sin ir a la universidad o al trabajo, no hay que despertarlo& Es el único modo de ayudarles a ser conscientes de que tienen una responsabilidad que cumplir y que nadie va a asumirla por ellos.
Ante sus continuadas quejas, en vez de consolarle, hay que dejar que tome iniciativas para cambiar la situación. Pero no hacer las cosas por ellos no impide darle apoyo y ayudarle a observar los aspectos positivos de su personalidad fomentando que desarrolle su potencial adulto basándose en ellas.

Los Casos de Peter Pan y Wendy
Artículos enviados por el usuario Karina Monasterio - España

Peter Pan es el personaje archiconocido de la literatura infantil, creado por el escocés James Matews Barrie el año 1904.

El protagonista de la historia, es decir, Peter Pan, fue empleado por el psiquiatra Eric Berne en 1966 para ilustrar el niño/a que todos/as llevamos dentro, que está centrado en la propias demandas y necesidades.

El psicólogo Dan Kiley escribió el año 1983 en un libro el síndrome de Peter Pan aplicado a hombres/mujeres que no quieren crecer, un año después usó el término de síndrome de Wendy para describir a los hombres/mujeres que actúan como madres/padres con su pareja o la gente más próxima.


¿Cómo es un/a Peter Pan?
Kiley definió el síndrome Peter Pan como el conjunto de características que tiene aquella persona que no sabe o no quiere renunciar a ser un hijo/a para empezar a ser padre/madre. Pasa a ser una dificultad que se produce por igual en hombres y mujeres, a todas las edades; aunque el síndrome de Wendy es menos frecuente.

Con el tiempo, concretamente al final de la adolescencia, cada persona empieza a orientar su vida hacia una determinada dirección. El problema surge con la negación de superar esta etapa y resistirse a crecer y afrontar responsabilidades de la vida adulta. Sería, por simplificar, tener un cuerpo de hombre/mujer con mentalidad de niño/a.


Si no se supera esta fase ocasiona quejas emocionales, como baja autoestima, ya que lo quiere todo, no quiere renunciar a nada de lo que tiene ni está dispuesto/a a poner nada de su parte para conseguir las nuevas metas y objetivos. No obstante, se queja y da siempre la culpa a los demás. No se siente parte del problema o dificultad, ni siquiera que tenga que ver con su evolución.

Peter Pan es...
Tiene un deseo enorme de que los demás cubran sus necesidades, que le den lo que pide; si no es así, se enfada.
Su comportamiento sigue siendo el de un/a adolescente

Le seduce más el País de Nunca Jamás (juventud) que tiene idealizado, que su momento real (madurez)
Tiene miedo a la soledad.
Es inseguro/a, aunque no lo demuestre
Su actitud está más centrada en recibir, pedir y criticar que dar, querer o hacer
No está hecho/a para la vida adulta, no se puede comprometer, ya que cree que será un obstáculo para su libertad
Peter Pan tiene al lado a otra persona que cubre estas necesidades básicas (Wendy)
No se responsabiliza de lo que hace, pero cree que los otros sí lo hacen
Está centrado/a en si mismo/a: sus disgustos, su estrés, su excesivo trabajo...
Aunque disfrute de éxito profesional, económico... se da cuenta de que su vida no tiene la firmeza ni la estabilidad que le gustaría
Está insatisfecho con lo que tiene, pero no hace nada por solucionarlo

Wendy es....
Desarrolla un rol de madre protectora que asume las responsabilidades que Peter Pan no digiere.
Está influenciado por un modelo de padres en que se ha sentido excluido y asumirá el papel de los padres que no ha tenido y lo pondrá en práctica con alguien que se deje cuidar por ella

Necesita sentirse respaldado
Disponible
Se siente solo/a
Inseguridad
Siente malestar
Está en una posición incómoda
Siente que la persona a quien cuida abusa de su buena fe
No hace nada para cambiar la situación por no provocar el conflicto
Los dos complejos descritos tienen en común un elemento: no se asume que se tiene una pauta de comportamiento inadecuada, en cierta modo hay una negación de la situación



--------------------------------------------------------------------------------

Hombres que se niegan a Crecer - El síndrome de Peter Pan

Falta de responsabilidad, actitudes de desamparo, extorsión emocional y una alegre y despreocupada visión de la vida, son algunos de los síntomas de aquellos hombres quienes, como Peter Pan, eligen ser eternamente niños.
Cualquiera sea su edad, 25, 40 o 60 años, siguen actuando, sintiendo como adolescentes.

Por una parte, suelen ser personas divertidas y a su lado todo parece pura alegría de vivir. Pero por la otra, tratan de evadir continuamente sus responsabilidades; se refugian en fantasías imposibles de cumplir y culpan a los demás de todo lo que les ocurre.

Con el tiempo, todos nos convertimos en personas" grandes", independientemente de lo que hagamos o no por nuestras vidas. Sin embargo, llegar a adultos, en el sentido pleno de la palabra, requiere
esfuerzo. Para llegar a ser adulto, una persona debe elegir serlo y empeñarse en lograrlo. Y lo primero es aceptar la responsabilidad por lo que uno es y por lo que uno hace; y esto implica no evadir las obligaciones y responsabilidades; no utilizar excusas para justificar sus propias conductas.

Pero en este largo y sinuoso camino algunas personas, como Peter Pan y Homero Simpson, se quedan detenidas en ciertas etapas y persisten en conductas infantiles.


Reconociendo a Peter Pan
Para comenzar, es un adulto según su edad, pero un niño según su conducta.
Puede parecer seguro de sí mismo, incluso arrogante, pero en el fondo se siente vulnerable,temeroso.

Es capaz de entrar a una reunión y cautivar de inmediato al auditorio; su presencia no pasa desapercibida; es chispeante, seductor, incluso a primera vista, los demás parecen insignificantes.

Pero en el fondo, este hombre es indeciso, inseguro y sobre todo teme que no lo amen y tapa sus inseguridades con una máscara de seguridad y alegría ficticia. Vive escondiéndose detrás de fachadas y excusas; disimula su incapacidad de madurar con juegos, pasatiempos, negocios fantásticos, grandes proyectos imposibles y aventuras amorosas.

Parecería que el único compromiso que asume Peter Pan es evitar todo el tiempo el compromiso.


Si tienes un Peter Pan a tu lado

Lo primero que tiene que hacer, es darse cuenta que tiene un problema.

Pero hete aquí que no es ésta una tarea sencilla, ya que culpar y hacer responsables a los demás de todo lo que les sucede es parte de su síndrome.
Muchas veces necesitan sentir en carne propia las consecuencias de sus actos, para recién entonces pensar en la necesidad de algún cambio de actitud.

Las conductas ejercidas durante muchos años no se modifican fácilmente, por lo que una terapia psicológica sería la mejor indicación. Es conveniente en estos casos, comenzar con una terapia de pareja o familiar para evitar el error de considerar que el problema es solamente de uno de los
integrantes, cuando en muchos casos es la pareja o los padres quienes favorecen, sin darse cuenta, las conductas tipo Peter Pan.

La mejor forma para que un hombre se recupere de este síndrome es permitir que enfrente la realidad y asuma las consecuencias de sus conductas. Por más duro que parezca al principio, no se haga cargo de sus responsabilidades: si no paga las cuentas, no lo haga Ud. por él; si se queda dormido, no lo despierte. La próxima vez, no ocurrirá.

Si se queja de que en su trabajo no le dan el puesto que él considera que se merece, pregúntele qué va a hacer al respecto, en vez de consolarlo, acusarlo de inútil o quejarse junto a él. Pero también dele su apoyo, observando las partes positivas de su personalidad y aliéntelo a que desarrolle su potencial adulto basándose en ellas.


¿Tiene su pareja el Síndrome de Peter Pan?
Por María Jesús Ribas/EFE,
Compártelo
¿Olvida compromisos importantes? PlatícaloEste desorden de la personalidad se caracteriza por la inmadurez masculina en ciertos aspectos psicológicos, sociales y sexuales. Los hombres que lo sufren exhiben rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia, manipulación, y creen que están más allá de las leyes de la sociedad y las normas.

Aunque no hay evidencia clínica suficiente para acreditar que el denominado 'Síndrome de Peter Pan' (SPP) sea una condición psicológica con entidad propia y todavía no figura en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, considerado la "Biblia de la psiquiatría", basta con mirar alrededor para descubrir algún individuo que encaja en su descripción.

Son personas que viven en un cuerpo de hombre adulto con la mentalidad de un niño, se niegan a dejar atrás la adolescencia, se resisten a adquirir las responsabilidades que conlleva la etapa madura , y en vez de a orientar su vida en una determinada dirección, optan por anclarse en una 'juventud' psicológica y en la comodidad de afrontar el día a día sin llegar más allá.

Quizá no tenga que mirar muy lejos para descubrir un 'Peter Pan', ya que puede ser su propia pareja. En ese caso tiene un problema, porque compartir un proyecto de vida con alguien que es incapaz de sacrificar o apartar el hedonismo propio de la juventud para conseguir unas metas a veces difíciles, no sólo produce frustración sino que acaba convirtiéndose en un lastre.

Además, es difícil que esa persona se haga consciente y acepte que tiene un problema de madurez, porque aquellos que sufren el SPP tienden a culpar a los demás de lo que les ocurre a ellos. Es algo similar a convencer a un adolescente de que no tiene razón 'en todo' y que lo que le sugieren sus mayores es por su bien.

El nombre de este trastorno ha sido incorporado a la psicología popular desde que el psicólogo norteamericano Dan Kiley publicó en 1983 el libro titulado 'El Síndrome de Peter Pan: los Hombres que nunca crecen'.

Niños en cuerpos de adultos


. . . . . . . . . . . . . . . .



Más de Vida en Pareja



¿Crees que te engaña?
Suma tiempo en pareja
Revive la pasión
Tu aún lo amas
Trucos anti aburrimiento
Hombres insoportables
Las 9 razones del infiel
Enamorada de Pinochio
Reglas de oro para una mejor convivencia
Las ventajas del Kamasutra



Platícalo en Parejas
¿Vives con inmaduro y lo quieres gritar a los cuatro vientos?

Desahógate en el foroEl doctor Kiley incluyó en este síndrome al conjunto de rasgos que tiene aquella persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para empezar a ser padre. Pese a que el problema se produce en ambos sexos y a todas las edades, es mucho menos frecuenten la mujer, cuando se denomina 'Síndrome de Wendy'.

El nombre del síndrome se debe a las características de personalidad del protagonista de la obra Peter Pan, escrita por el novelista escocés James M. Barrie, la cual transcurre en el país imaginario de 'Nunca Jamás', donde el lema de los niños es no querer crecer nunca.

Hijos que nunca se marchan de la casa paterna, cuarentones con una vida social propia de un adolescente, con amistades y grupos mucho más jóvenes que ellos. Los 'Peter Pan' son de personas que, pese a haber alcanzado la edad adulta, son inmaduros emocionales y no quieren afrontar las responsabilidades que conlleva edad biológica real.

Son adultos sólo en apariencia porque su actitud continúa siendo la de alocados niños y adolescentes. Son incapaces de crecer, y su alegría y seguridad suelen ser una máscara que esconde su inseguridad y temor a no ser queridos.

Cómo reconocerlos y ayudarlos

Aunque pueden camuflarse durante algún tiempo, es fácil terminar reconociéndolos, ya que su comportamiento presenta una serie de características singulares.

· Les seduce más la juventud, que suelen idealizar, que su momento real de madurez, tienen un gran miedo a la soledad, y además son personas inseguras, aunque no lo demuestren o aparenten lo contrario.

· Son personas que se centran en recibir, pedir y criticar más que en dar o hacer, evitan comprometerse porque creer que el compromiso es un obstáculo para su libertad, suelen tener al lado a otra persona que cubre muchas de sus necesidades básicas, y vive centrados en sí mismos. · Aunque disfruten de prosperidad profesional o económico, sienten que su vida no tiene la firmeza ni la estabilidad que le gustaría, y permanecen insatisfechos con lo que tienen, pero no toman iniciativas ni hacen nada para solucionar su situación.

· Para solucionar este trastorno, lo primero es que el propio afectado sea capaz de darse cuenta de que su actitud no es normal ni adecuada y asumir que tiene un problema, lo cual no resulta una tarea sencilla, porque quienes sufren este síndrome, culpan y hacen responsables a los demás de todo cuanto les sucede.

· En muchos casos, los 'Peter Pan' no asumen su responsabilidad, hasta que sienten en carne propia las consecuencias negativa de sus actos, lo cual los lleva a pensar en que necesitan cambiar de actitud.

· Dado que las conductas repetidas durante muchos años no se modifican fácilmente, suele indicarse un tratamiento psicológico, comenzando con una terapia de pareja o de familia, porque el problema no se encuentra sólo en uno de los integrantes de la familia o la pareja, sino que quienes le rodean suelen favorecer y reforzar inadvertidamente, los comportamientos inmaduros del afectado.

1 comment:

Anonymous said...

Como ves no paro de leer lo que publicas, ya me di cuenta que no todo viene de ti, pero tus referencias son excelentes. Este ultimo post dio en el clavo con mi problema, tengo un Peter Pan y soy una terrible Wendy, trabajare para estudiar mas esto y ver como logro solucionar el meollo de mis problemas que como dijiste en otro post, tiene que ver mucho con el rol del ego.