Mujer JUDIT POLGÁR
Conocé a la mujer más inteligente del mundo
26.02.14 La ajedrecista es la única mujer incluida en el ranking que armó la organización estadounidense Super Scholar con las 10 personas vivas más brillantes del planeta.
Judit Polgár tiene 36 años, su coeficiente intelectual escala a 170 y muchos la consideran la mejor jugadora de ajedrez del mundo. Es la única mujer incluida en el ranking de la organización estadounidense Super Scholar con las 10 personas vivas más inteligentes del mundo.
La húngara tiene el título de Gran Maestro Internacional y es la única mujer que consiguió estar entre los 10 primeros ajedrecistas de la clasificación mundial, en enero del año 1996.
Su padre, László, cumplió un rol central en la vocación que marcó su destino. Armó un plan educativo donde el ajedrez ocupaba un rol central. Tal es así que no sólo Judit se dedicó a entender las maestrías de estas piezas, sino que su hermana mayor, Zsuzsa Polgár, es Gran Maestro Internacional y Sofia, Maestro Internacional. Además, fue él quien les insistió en que no participaran en torneos de mujeres, sino sólo en los absolutos.
En una entrevista exclusiva de Clarín, ella se refirió al plan que armó su padre y si pudo (y quiso) implementar la misma idea con sus hijos, Ólivier -que nació en agosto de 2004- y Hanna -de junio de 2006-. “Es diferente. Mis padres tenían una situación económica diferente, eran pobres y trabajaban en varios turnos. Y básicamente fue la idea de mi papá que quería focalizarse en una sola cosa y decía que los niños no debían ir a la escuela porque creía que el sistema escolar no es efectivo. Esa experiencia de no ir a la escuela funciona cuando a uno no le va bien económicamente y quiere salir de esa situación. Pero con mi esposo -el veterinario Gustav Font- no tenemos esa idea tan fanática. Hoy nuestro nivel de vida es mejor que el que teníamos nosotras y creemos que tenemos que pasar un tiempo de calidad con los chicos. Pensamos que aprender idiomas es importante para ellos, viajar y conocer otras culturas, aprender a ser tolerantes. No vamos en la dirección en que descollen en alguna actividad, pero si lo hacen, los acompañaremos”.
Es que cuando ella tenía sólo 15 años y cuatro meses, obtuvo el título de Gran Maestro en 1991 convirtiéndose así en la persona más joven en alcanzarlo hasta esa fecha, en 1991. Ese mismo año ganó el Campeonato de Hungría. También triunfó en los torneos de Hastings (1992-1993), Madrid (1994) y Stornoway (1995).
“El ajedrez es bueno porque es un juego para toda la vida. Los chicos lo pueden jugar con sus abuelos; es un buen puente para las edades. Los chicos pueden hablar, jugar, luchar y reírse sobre un tablero. Pueden jugar con Internet, tener desafíos, enfrentar a otros chicos. También es muy interesante para ganarle al padre (ríe). A su vez es bueno para los padres porque piensan que les sirve para la educación de sus hijos. Me sorprendió que en Buenos Aires haya 200 escuelas donde se aprende ajedrez”, dijo Judit a Clarín.
Fuente: www.entremujeres.clarin.com
http://www.eltribuno.info/jujuy/Note.aspx?Note=377736
La húngara tiene el título de Gran Maestro Internacional y es la única mujer que consiguió estar entre los 10 primeros ajedrecistas de la clasificación mundial, en enero del año 1996.
Su padre, László, cumplió un rol central en la vocación que marcó su destino. Armó un plan educativo donde el ajedrez ocupaba un rol central. Tal es así que no sólo Judit se dedicó a entender las maestrías de estas piezas, sino que su hermana mayor, Zsuzsa Polgár, es Gran Maestro Internacional y Sofia, Maestro Internacional. Además, fue él quien les insistió en que no participaran en torneos de mujeres, sino sólo en los absolutos.
En una entrevista exclusiva de Clarín, ella se refirió al plan que armó su padre y si pudo (y quiso) implementar la misma idea con sus hijos, Ólivier -que nació en agosto de 2004- y Hanna -de junio de 2006-. “Es diferente. Mis padres tenían una situación económica diferente, eran pobres y trabajaban en varios turnos. Y básicamente fue la idea de mi papá que quería focalizarse en una sola cosa y decía que los niños no debían ir a la escuela porque creía que el sistema escolar no es efectivo. Esa experiencia de no ir a la escuela funciona cuando a uno no le va bien económicamente y quiere salir de esa situación. Pero con mi esposo -el veterinario Gustav Font- no tenemos esa idea tan fanática. Hoy nuestro nivel de vida es mejor que el que teníamos nosotras y creemos que tenemos que pasar un tiempo de calidad con los chicos. Pensamos que aprender idiomas es importante para ellos, viajar y conocer otras culturas, aprender a ser tolerantes. No vamos en la dirección en que descollen en alguna actividad, pero si lo hacen, los acompañaremos”.
Es que cuando ella tenía sólo 15 años y cuatro meses, obtuvo el título de Gran Maestro en 1991 convirtiéndose así en la persona más joven en alcanzarlo hasta esa fecha, en 1991. Ese mismo año ganó el Campeonato de Hungría. También triunfó en los torneos de Hastings (1992-1993), Madrid (1994) y Stornoway (1995).
“El ajedrez es bueno porque es un juego para toda la vida. Los chicos lo pueden jugar con sus abuelos; es un buen puente para las edades. Los chicos pueden hablar, jugar, luchar y reírse sobre un tablero. Pueden jugar con Internet, tener desafíos, enfrentar a otros chicos. También es muy interesante para ganarle al padre (ríe). A su vez es bueno para los padres porque piensan que les sirve para la educación de sus hijos. Me sorprendió que en Buenos Aires haya 200 escuelas donde se aprende ajedrez”, dijo Judit a Clarín.
Fuente: www.entremujeres.clarin.com
http://www.eltribuno.info/jujuy/Note.aspx?Note=377736
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