Tuesday, March 04, 2014

EL CAMPO GRAVITATORIO DE TU EGO...Profesor JORGE OLGUIN.


EL CAMPO GRAVITATORIO DE TU EGO

 Johnakan: -Nosotros venimos en misión

 de poder tender una mano a otros 

pero, 

como dije en mil oportunidades, 

primero tenemos que estar de pie nosotros

 y no podemos estar de pie

 si consentimos ser permeables a los actos hostiles.

 Es así de simple, es así de sencillo. 

Porque entonces elegimos la cómoda,

 la fácil, echar culpas:

 "Tú me haces esto, 

por eso junto rencor en mi pecho".

 "Tú me lastimaste,

 por eso tengo esta angustia en la garganta".

 "Tú me has afectado".

 ¿Y yo que he hecho? 

Me he cruzado de brazos.

 He permitido.

 ¿Por qué no corté el diálogo?

 ¿Por qué no me alejé de la relación?

 Interlocutor: -¡Ah, no! Pero lo hice.

 Johnakan: -¡Ah! ¿Lo has hecho? 

Entonces, ¿por qué te sigue lastimando? 

¿O esperabas del otro lado una disculpa?


 El esperar una disculpa 

es muy similar a buscar la aprobación del otro.

 Eso también es ego. 

¿Cómo voy a esperar una disculpa del otro

 si el otro que está en el campo gravitatorio de su propio ego

 no se da cuenta que es culpable de nada

 porque es ya su manera de ser?

 Como el alacrán que tú salvas de morir ahogado,

 pero igual te pica porque está en su naturaleza.


 ¿Cómo puedes hacer un juicio de valor con el escorpión

 si su instinto básico ya es así?

 Pero no estamos hablando de un escorpión,

 estamos hablando de un ser humano,

 un ser humano cognitivo

 que piensa, que razona.

 Interlocutor: -No, no es así, Johnakan, 

no es así. 

Sabe la persona lo que hace.

 Johnakan: -Y yo te puedo decir que no.

 Interlocutor: Porque estaba en piloto automático.

 Johnakan: Mira hasta qué punto una persona puede estar en piloto automático:

 Una señora de mediana edad 

que logró que le dieran un carnet de discapacitada

 sube a lo que llamáis un colectivo


 y el chofer no le reconoce el papel

 y atrás sube otro señor

 que abona su pasaje

 pero no puede pasar porque esta señora obstaculiza todo el pasillo 

buscando en su bolso el carnet 

donde muestra que tiene una capacidad diferente.


 El señor, que ya abonó su pasaje,

 está a veinte centímetros de ella.

 Pasan 5 minutos reales 

hasta que la señora finalmente no encuentra su pasaje

 y le muestra un papel cualquiera 

y el chofer se rinde y dice "Pase".

 Recién entonces se puede sentar el otro señor. 

Mientras tanto tuvo que esperar

 a que la señora se fuera a sentar.

 Aun sentada y todo 

nunca se enteró que había un señor esperando 

sentarse atrás de ella.


 Entonces no es cierto que a veces las personas se den cuenta.

 ¡No, no se dan cuenta!


 ¿Cómo vamos a tener rencor por quien no se da cuenta?

 Interlocutor: -No, pero Johnakan,

 tú has dado el ejemplo

 de una señora con una capacidad diferente.

 Johnakan: -Pero yo te hablo de doctores, 

de abogados, 

de personas que se desinteresan por sus propios hijos, 

los dañan.

 Personas que tienen estudios terciarios, 

universitarios, 

postgrados, 

afamados.


 Sí, culturalmente tienen una preparación muchísimo mayor que la señora

 con una capacidad diferente 

pero el campo gravitatorio de su ego 

es igual o mayor

 porque el ego no distingue clases sociales,

 el ego no distingue si has estudiado o no has estudiado.

 El ego no distingue

 si eres pobre, rico o clase media,

 gobernante, empleado o barrendero.

 No distingue si eres rey o plebeyo.

 Puedes ser un plebeyo,

 puedes ser un conde o un marqués 

y tienes el campo gravitatorio de tu ego.

 No lo cambias.


 ¿No quieres verte afectado por ese campo gravitatorio? 

Te alejas de ese campo gravitatorio. 

Una vez que te alejas 

si te sigue afectando ya no es un problema de la otra persona,

 es un problema tuyo

 porque tienes un ego 

que busca una reparación,

 como dije antes,

 o que necesita una disculpa. 

Buscar una reparación

 es como darle una bofetada con el guante al otro para retarle a un duelo.

 Exiges una reparación.

 Interlocutor: -Pero a veces está la esperanza 

de ver en la otra persona que se ha desactivado

 por cierto tiempo en su piloto automático 

y esa persona se acerca a ti y automáticamente

 tú te acercas también a ella 

porque hay algo que los une.

 Johnakan: -Está perfecto lo que tú dices. 

Tú tienes una esperanza

 de que la otra persona desactive su piloto automático

 y comience a percibir las cosas.

 Interlocutor: -Al menos por unos minutos...

 Johnakan: -Primero y principal

 es que es la propia persona 

la que se tiene que dar cuenta.

 Tu función es, mientras existe o existía el diálogo,

 hacérselo notar.

 Si eso no funcionó 

tu misión termino ahí,

 porque si tú insistes

 una y otra y otra vez 

eres tú el que tiene un problema

 con el campo gravitatorio de tu ego...

 Interlocutor: -Seguro.

 Johnakan: -...porque tu ego está necesitando que la otra persona desactive su piloto automático. 

Necesitas. 

¿Quién necesita? ¡El ego!


 Entonces,

 ¿el ego qué hace en tu persona?

 Que exijas más de la cuenta,

 que le pidas peras al olmo 

o que le pidas cerezas al parral.


 No,

 el parral no te va a dar cerezas.

 El plátano no te va a dar manzanas.

 Entonces no podemos estar cada día insistiendo.

 ¡Ya está! 

Porque entonces si no,

 no vives. 

No vives para ti, 

vives para el otro o los otros.

 Entonces no eres dueño de tu vida,

 los demás son los dueños de tu vida

 porque vives pendiente de que alguna vez quizá,

 tal vez, en una de esas, 

con ayuda de Dios esa persona despierte.

 Interlocutor: -Claro...

 Johnakan: -Que despierte, perfecto. 

Pero mientras tanto tú haces tu vida,

 porque si vives pendiente de ver cuando despierta,

 no vives tu vida,

 no disfrutas, 

porque tu mismo ego no te deja.

 Eres esclavo de una situación.

 Y lo más grave 

es que ya te has alejado,

 entonces ya no tiene influencia directa. 

Ya es tu ego el que te influencia,

 no la otra persona.

 Entonces la lucha no es contra la otra persona, 

de cómo se comporta o cómo se dejó de comportar 

porque ya está lejos.


 Pero mientras tu ego busque una reparación 

porque de alguna manera,

 lo digo irónicamente,

 el pretender que la otra persona desconecte su piloto automático es buscar una reparación: 

"Que desactive su piloto automático, 

que se dé cuenta aunque sea por tres minutos lo que me hizo,

 lo que me hizo,

 que me pida disculpas y que después siga con su piloto automático".


-¡Ah! Pero yo me quedo tranquilo porque me pidió disculpas.


 ¿Quién se queda tranquilo?

 El ego se queda tranquilo 

porque el ego es infantil 

y el ego siempre reclama.

 Porque el ego jamás va a ser independiente,

 el ego es dependiente porque el ego es niño,

 es infantil, 

el ego siempre necesita una disculpa,

 una reparación, un aplauso.

 El ego necesita ser reconocido,

 siempre reconocido.

 Al ego le molesta

 que el que otro sea indiferente.

 Le molesta. 

Entonces seguimos

 estando dependientes del otro o de los otros.


 Cuando nosotros derrotemos al ego,

 derrotarlo significa acabar con esos roles,

 porque el ego forma parte de la mente reactiva del espíritu,

 derrotarlo significa poder integrar esos roles 

que seguramente van a volver a salir pero tenerlos controlados:

 -¡Eh, tú te quedas allí,

 yo no te he llamado!


 Qué tranquilidad. 

La persona me dañó... 

Que me pida disculpas o que no me pida disculpas 

ya deja de ser mi problema.

 Que haga lo que desee 

mientras no lo haga conmigo o en contra mía

 porque entonces dejo de ocuparme de ese reclamo

 para ocuparme de mi propia vida

 y hacer mis cosas. 

Porque mientras yo me sigo ocupando de otras cosas

 que no tienen sentido no trabajo,

 no estudio, 

no disfruto,

 no juego, 

no nada. 

Estoy gastando mi vida.


 Y si bien el plano físico no es la verdadera vida

 nunca dije 

que no hay que disfrutarla al máximo. 

Y que no se malentienda la frase

 "disfrutarla al máximo".

Disfrutarla al máximo 

no significa pasar por encima de la felicidad del otro

 u opacar la felicidad del otro. 

No, 

significa

 disfrutar y compartir

 ese placer

 en el caso 

de que otras personas quieran compartirlo.



 * * *
JORGE OLGUIN.







Tu LuzInterior

Tan Divino y tan glorioso que ni los dioses lo alteran. Tan tuyo que no lo pierdes ni te abandona. Tan excelso, que es el primer regalo que el Padre nos dio para disfrutar de todo lo demás. Nuestro pase de entrada a la fiesta: Elegir.

 Te traigo una exhortación. Porque no tendrás fuerza para realizar las cosas que quieres si la sigues utilizando en las cosas que no quieres. No llegarás al norte si encaminas tus pasos al sur, ni llegarás a la cima caminando colina abajo.

 Abandona las cosas que te dañan. Toma las cosas que te benefician.

 Siembra la semilla del árbol que quieres ver dar fruto y alimenta al niño que quieres ver crecer.

 Elige y ni siquiera voltees a ver lo que dejaste ir. Porque de eso se trata este juego maravilloso llamado vida. Tomas una cosa y pierdes otra. Eliges el camino que quieres andar sabiendo que el otro se ha ido. Realizas los actos del Espíritu sabiendo que no puedes realizar los del ego en el mismo tiempo y en el mismo espacio.

 Eliges la libertad dejando de lado las cosas que te esclavizan.

 Te traigo un mensaje de Poder y Esperanza. Porque no te faltan fuerzas. Tienes una capacidad formidable. Utilízala en lo que quieres.

 Decide en qué tarea, idea, diversión, relación y virtud quieres depositar tu Fe y tu Poder.

 Retira el poder que has invertido en acciones malsanas o en acuerdos que quieres cambiar y verás que de pronto dispones de un gran capital energético para hacer todo lo que de verdad quieres.

 Deja de apoyar al ego con tus energías y verás que de pronto las cualidades del Espíritu se fortalecen en tu vida.

 Abraza la libertad y verás que de pronto ya no tienes manos con las cuales acariciar la esclavitud.

El Loco 
http://www.tuluzinterior.com/

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