Thursday, August 21, 2008

La supremacía de Estados Unidos se derrumba en Pekín, en los juegos olimpicos.Pekín cierra el telón a unos JJOO que China acercó a la perfección.

La supremacía de Estados Unidos se derrumba en Pekín



La tradicional supremacía de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, de los que ha sido dueño y señor de forma ininterrumpida desde los Juegos de Atlanta, se derrumba a pasos agigantados en Pekín.

China domina ampliamente el medallero cuando sólo restan tres jornadas para la conclusión, al tiempo que pruebas tan genuinamente americanas como las de velocidad en atletismo, la gimnasia, el boxeo y hasta el sóftbol les han dado la espalda a los representantes de las barras y las estrellas.

Los anfitriones suman 46 medallas de oro por 29 de los norteamericanos, que hace cuatro años en Atlanta se impusieron a los orientales por cuatro títulos (36 por 32).

Aunque faltan 63 podios por entregar hasta el domingo, se antoja casi imposible que China no pueda coronarse por primera vez en la historia como el país más laureado de los Juegos.

El mundo entero se ha rendido al jamaicano Usain Bolt, pero las gestas del nuevo monarca de la velocidad han sumido en la decepción a los norteamericanos, incapaces de ganar en la capital china ninguna de las pruebas de velocidad, además con los caribeños como verdugos.

A los dos oros de Bolt, que hoy cumplió 22 años y se lo cantó todo el estadio cuando recibió la presea de los 200, hay que sumar otros tantos de sus compatriotas Verónica Campbell y Shelly-Ann Fraser, en los 200 y 100, respectivamente.

La puntilla para la dignidad de los esprinters estadounidenses ha llegado hoy en los relevos 4x100 masculinos y femeninos, en los que perdieron el testigo en ambas carreras para quedarse fuera de la final.

El fracaso en el boxeo ha sido igualmente palmario para los norteamericanos, que sólo conservan en semifinales uno de los ocho púgiles con los que vinieron a Pekín. Cuba, por el contrario, mantiene su nivel en este deporte con ocho peleadores que han asegurado al menos el bronce.

En este rosario de frustraciones entra la selección femenina de waterpolo, que perdió hoy la final ante Holanda por 9-8.

China humilló también a los estadounidenses en gimnasia artística al copar nueve oros por solo dos de sus máximos rivales.

La proeza histórica de Michael Phelps, ganador de ocho oros, salvó de la medianía a Estados Unidos, que decayó notablemente en las pruebas femeninas.

Otra espina que ha dolido mucho en el corazón de los norteamericanos se produjo hoy cuando Japón se adjudicó la final de sóftbol, versión femenina del béisbol y que desde su inclusión en los Juegos de Atlanta sólo conocía el triunfo de las estadounidenses. Su impresionante marca de 22 partidos ganados consecutivos se truncó hoy ante las niponas y sólo les quedó el consuelo de la plata.

El fútbol femenino dio hoy una de las pocas alegrías a los americanos al revalidar el oro de Atenas y en una repetición de aquella final derrotaron a las brasileñas con un solitario gol en la prórroga de Carli Lloyd.

Igualmente el equipo de baloncesto femenino sigue imparable y ya hay final: Estados Unidos-Australia.

Estados Unidos también se mete en la final femenina de voleibol, en la que se tendrá que medir a un hueso como es Brasil.

Otra buena noticia para los estadounidenses ocurrió en la final de los 400 con triplete en el podio de LaShawn Merrit, Jeremy Wariner y David Neville.

Cuba siempre cuenta con una buena representación en el atletismo. Hoy se proclamó campeón olímpico de los 110 metros vallas Dayron Robles, que se paseó por la pista ante la ausencia del que hubiera sido su único rival de enjundia, el ídolo local Liu Xiang, ausente por lesión.

Nelson Evora dio la primera medalla de los Juegos a Portugal al imponerse en el triple salto con una marca de 17,67. La checa Barbora Spotakova, campeona mundial el año pasado en Osaka, sucedió a la cubana Osleidys Menéndez como titular olímpica de jabalina con los 71,42 metros.

España se ha clasificado de forma brillante para la final de hockey masculino gracias a una espectacular remontada frente a Australia, que iba 2-0 por delante y sucumbió 3-2. El rival de los hispanos por el oro será Alemania.

EFE


Pekín cierra el telón a unos JJOO que China acercó a la perfección



Con otra fiesta de perfección estética memorable, en la que los fuegos artificiales y la cultura china volvieron a tener un papel protagonista, Pekín cerró unos Juegos Olímpicos que acabaron exorcizando todos los temores que se habían generado en torno a ellos y acabaron bordando la perfección.

Con 91.000 espectadores en las gradas volcados con el espectáculo, y miles de atletas sobre el campo del Estadio Nacional (o Nido de Pájaro), el director de cine y coreógrafo Zhang Yimou volvió a dejar boquiabiertos a todos con una clausura llena de luz y brillo, en la que el tenor español Plácido Domingo, muy querido en China, prestó su voz.

Los fuegos artificiales, inventados por China hace dos milenios, abrieron la fiesta dibujando la cuenta atrás, desde el número 29 (por ser Pekín los Juegos de la vigésima novena Olimpiada) hasta el cero, y, como en la inauguración, miles de extras volvieron a tomar el estadio con vistosos trajes.

Más de mil bailarinas adornadas con campanas de plata, carros con tambores que recordaron la parafernalia del Circo del Sol, y actores saltando, corriendo y volando por los aires (en alegoría del Citius, Altius, Fortius olímpico) calentaron el ambiente para la llegada de los atletas.

Portaron las banderas de cada país deportistas que han tenido destacada actuación en Pekín, entre ellos los ciclistas Juan Llaneras (España) y Juan Esteban Curuchet (Argentina), la clavadista mexicana Tatiana Ortiz y la saltadora de longitud brasileña Maurren Higa Maggi.

Papel destacado lo tuvo el pívot chino Yao Ming (todos los atletas le rodeaban para fotografiarse con él) y, sobre todo, el maratoniano keniano Samuel Kamau Wansiru, que recibió la medalla de oro por su victoria de hoy en la prueba reina del atletismo.

Al final, tras la entrega de la bandera olímpica al alcalde de Londres, Boris Johnson, un espectáculo de aires británicos (con autobuses londinenses, paraguas y David Beckham).

Después, la llama se apagó bajo un fondo de música melancólica, para desconsuelo del público, pero una torre humana en el centro del estadio, que recreó también una llama con sus brasas y cenizas, aseguró que los Juegos de Pekín no se han ido del todo: seguirán en el recuerdo del Olimpismo y de China.

Con esta espectacular ceremonia de clausura, Pekín puso fin a unos vistosos Juegos en los que China se coronó por primera vez en la historia del Olimpismo como primera potencia deportiva mundial, logrando 51 oros y colocándose muy por delante de los 36 de Estados Unidos, que llevaba dominando los JJOO desde Atlanta 1996.

EEUU puede, sin embargo, presumir de haber sido la delegación con más medallas totales (110 en total), seguida muy de cerca por las 100 justas de China.

Rusia, otra habitual en el top del medallero, ocupó el tercer puesto con 23 oros (72 en total), y la cuarta posición fue para un sorprendente Reino Unido, que con sus 47 medallas (19 de ellas doradas) avisó que en Londres 2012, jugando en casa, quiere cosechar éxitos aún más grandes.

Los controvertidos Juegos Olímpicos de Pekín estuvieron rodeados en los meses previos de una gran polémica por el temor al terrorismo, las protestas de grupos pro derechos humanos o independentistas tibetanos, y el miedo a que la contaminación envolviera las competencias deportivas de un gris "smog".

Finalmente, las protestas fueron más escasas de lo esperado (aunque una treintena de extranjeros, que fueron deportados, sí lograron desplegar pancartas pro-Tíbet en Pekín en varias ocasiones) y los atentados se produjeron a miles de kilómetros de Pekín (en Xinjiang, durante los días previos a los Juegos).

En cuanto a la contaminación y el calor, fueron bastante benévolos para lo habitual en Pekín, y no impidieron que se batieran 38 récords mundiales en natación y atletismo.

Los ocho oros del nadador estadounidense Michael Phelps, que batió la gesta de Mark Spitz, y los récords mundiales estratosféricos de Usain Bolt sobre el tartán del Estadio Olímpico ayudaron a dar lustre a unos de los Juegos deportivamente más espectaculares de la historia.

El presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, resumió los complicados Juegos de Pekín con una frase en su discurso de cierre: "Con los JJOO El mundo ha conocido más a China y China más al mundo. Han sido unos juegos realmente excepcionales".

EFE

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